El ‘Huffington Post’ español sale y no paga a sus blogueros, ¿por qué se extrañan?

Novedades en el panorama informativo digital. La versión española del Huffington Post se presenta mañana, poco (¿?) antes del lanzamiento de @eldiarioes. Pero mientras que éste es un medio profesional, el @ElHuffPost lo es sólo a medias. El grueso de su contenido vendrá de blogueros que no van a cobrar y de enlaces a los medios.

El debate lleva unos días en los medios y en Twitter. Por aplastante mayoría, parece un anatema que se pida a los blogueros que no cobren. Todavía está caliente la polémica del #gratisnotrabajo.

Personalmente lo tengo muy claro. Una cosa es la actividad profesional –siempre cobro- y otra la privada en la que hago lo que quiero cuando me da la gana –es un hobby sin otra compensación que ganar un pedacito de eternidad-. No me fío nada de Arianna ni de su nueva imagen de periodista seria. Pero sí que me da muchas garantías que detrás de este proyecto esté una profesional como Montserrat Domínguez.

Aquí nadie obliga a nadie. Si no quieres asociarte al proyecto, no lo hagas. Yo no cobro nada por este blog, del que probablemente se beneficia WordPress, ¿por qué no hacer una simbiosis con el @ElHuffPost? Yo le doy contenido y él me da visibilidad.

Algunos apuntes para tomar postura con conocimiento de causa:

«El Huffington Post ¿una mala influencia?» Decíamos en septiembre de 2009 (y sigue siendo válido) https://felixbahon.wordpress.com/2008/09/19/el-huffington-post-%c2%bfuna-mala-influencia/

Hay quien piensa que la inquieta cultura blogger está cambiando para bien la mentalidad de los políticos, y también la forma de entender y practicar la política. Y el proceso no tiene por qué afectar al periodismo ni a la esencia de la información. La propia Arianna Huffington opina que el periodismo debe buscar la verdad, porque es su esencia:

“The pursuit of truth, no matter what, without any kind of flavor — that has always been the heart of good journalism.”

Montserrat Domínguez, la directora de El Huffington Post en español, explicó la personalidad que quieren dar al nuevo medio -en el que participa Prisa (El País)- en el #BYM9 de Granada generó mucho debate (vídeo 1:43:21). Para quienes no tengan tiempo, en el minuto 59:32 la periodista deja caer su reflexión sobre que “bloguear no es un trabajo” y en el 1:04:00, declara su independencia de Prisa. Innteresante subrayar también que “el HuffPost “no es la hermana tonta de El País” y que “el peor enemigo en la redacción es la autocensura” (55:24). Mientras escuchaba sus palabras, yo pensaba en los 149 blogueros redaccionales de El País que sí cobran por ello, porque la integración impuesta en el último año ha hecho que muchos periodistas tradicionales compaginen su trabajo para el papel con entradas, más o menos regulares según quién, en sus nuevos blogs.

En 1001Medios hacen una estupenda y completísima entrada sobre el tema: “El Periodismo “canalla” de El Huffington Post

Y para completar, por si alguien se ha despistado, en Cuaderno de Periodistas escribí en noviembre del año pasado lo siguiente:

El hilo de Arianna teje una red informativa global

En febrero pasado, el gigante mediático AOL (America OnLine) dio un manotazo empresarial con la compra del Huffington Post, el exitoso agregador de noticias que está transformando el ecosistema informativo en la red. Esta adquisición, valorada en 315 millones de dólares (230 millones de euros), se ha interpretado como “la más descomunal llamada de atención al negocio de los medios”, acosados por competencia con Google y Facebook, y sometidos a la dura adaptación a internet y los nuevos dispositivos móviles, incluido el iPad. Sangre vieja renovada con una joven cabecera nacida en 2005 que aprovecha la gran economía del enlace para exprimir hasta la última gota de todos los nuevos elementos sociales y comunicativos que proporcionaban las nuevas herramientas digitales.

Pocas personas han entendido tan bien el proceso de cambio informativo en la red como Arianna Huffington. Pocos profesionales han sido tan controvertidos como ella. Ahora transformada en presidenta y editora en jefe de todas las publicaciones de AOL, ha aprovechado para iniciar un periodo de expansión y redefinición como personaje público: ha aumentado su plantilla, ha vuelto a hablar de las esencias del periodismo tradicional con un nuevo fondo dedicado exclusivamente a la investigación, ha superado en internet la audiencia del mismísimo The New York Times (35,6 millones de visitas únicas mensuales frente a los 33,5 millones mensuales según los últimos datos publicados en junio) y ha abierto sucursales en Canadá e Inglaterra. En Francia se ha asociado sorprendentemente con Le Monde para lanzar la versión en francés y a España llega de la mano de El País, que la ha incorporado al Consejo de Administración del diario con la vista puesta en el mercado global de habla hispana. Ya ha anunciado que pronto vendrán ediciones en Brasil, Italia y Turquía.

Convencida de que la redacción ha de interactuar con los usuarios para proporcionarles además de información experiencias que los fidelicen y generen comunidad, Arianna ha comprendido que hay tres líneas principales que están conformando el dibujo del periodismo que se realiza en los nuevos medios. La primera la marca el desarrollo de un lenguaje propio de la red, tan definido como el que han conformado la radio o la televisión. Tras una primera etapa de adaptación, se habla con naturalidad de un periodismo de radio y otro de televisión, diferente del periodismo escrito y cada uno con sus características propias. El periodismo digital por su parte se muestra multimediático, pues agrupa las características de todo lo conocido hasta ahora, pero también multiplataforma: ha superado las barreras de la pantalla del ordenador y ya se mueve con soltura en móviles y tabletas. El segundo vector de cambio es la utilización de los enlaces en los textos periodísticos. Afrontarlo exige elaborar una gramática hipertextual, que como cualquier gramática es una construcción artificial y debe aprenderse –y utilizarse- tanto por parte de los emisores-profesionales como por los usuarios-receptores. Los periodistas tenemos aquí la responsabilidad de aprender antes que cualquier otro internauta cómo usar los enlaces, dónde colocarlos y hacia dónde dirigirlos, pues hasta esto si se dirige intencionadamente la atención puede tener un uso opinativo encubierto. La tercera línea es la de utilizar las redes sociales para interactuar con los usuarios.

Esta triple fórmula, junto a una estupenda agenda que ha sabido manejar bien, ha asegurado a su portal muchas visitas y a ella un puesto entre las comunicadoras más influyentes del mundo. Arianna, inmigrante griega primero en Inglaterra y luego en Estados Unidos, es periodista e hija de periodista. Intentó acceder a la política enfrentándose al actor Arnold Schwarzenegger y ha pasado los últimos seis años –justo los que tiene de historia el HuffPo– soportando acusaciones de falta de ética por parte de los profesionales estadounidenses. Sin embargo, con el dinero de la venta y las riendas editoriales de AOL en sus manos, ha emprendido una campaña de recuperación de imagen.

Las recriminaciones han sido constantes. Se le reprocha haberse beneficiado del trabajo de los demás, tanto de medios -a los que enlaza- como de miles de blogueros -a los que no paga-. También se sospecha que ha utilizado ingeniería de posicionamiento (SEO, por sus siglas en inglés) para conseguir que sus contenidos aparezcan bien visibles en las búsquedas de Google. Su estrategia no está muy lejos de la utilizada por las denostadas granjas de contenido, como Demand Media (ver Cuadernos de Periodistas, nº 22, pág.141), aunque en versión muy mejorada. En abril de este año, las agencias dieron cuenta de lo que se dio en llamar “la revuelta de los blogueros del Huffington Post”. Una demanda colectiva, llevada a cabo en nombre de miles de blogueros por el sindicalista y antiguo colaborador del portal Jonathan Tasini, quien acusaba a Arianna de enriquecerse indebidamente y no repartir los beneficios obtenidos de AOL con esos miles de colaboradores.

Pero Huffington es una luchadora y le encanta el escenario público en cualquiera de sus facetas. Con gran cintura, ha dado un vuelco a su imagen acercándose a diarios tan serios como Le Monde o El País. Antes, en colaboración con  un esfuerzo colaborativo del Centro para la Integridad Pública – y con un equipo de 37 reporteros y editores, además de colaboradores independientes, ha lanzado este año iWatch News, una página dedicada al periodismo de investigación en la que se ha querido ver una recreación de ProPublica. Al igual que esta, se trata de una organización sin ánimo de lucro que se sostendrá a base de donaciones de usuarios y filantropía. Parte con una donación de 250.000 dólares por parte de entidades como el Knight Center.

El Centro para la Integridad Pública de Estados Unidos ya se dedicaba al periodismo de investigación antes de la creación de iWatch. La simbiosis con Arianna le permite publicar a diario en una gran plataforma digital. A ella le ofrece una rehabilitación profesional que le permite dar conferencias por todo el mundo reclamando periodistas que “sepan filtrar en una cacofonía de voces” que se produce en el ecosistema informativo actual. Para ello afirma que solo contrata “periodistas anfibios”, que saben manejarse con los principios clásicos de la profesión -“precisión, comprobación, ecuanimidad, búsqueda de la verdad o impacto informativo”- y al mismo tiempo se desenvuelvan en un mundo de “nuevas reglas, tiempo real y tecnología” que permiten interactuar y participar a los usuarios. “Y no todo el mundo está preparado para ambas facetas”, añade Arianna.

Un medio que dice investigar frente a una ‘casa de citas’ o como algunos periodistas perdieron su ética

Recuerdo con cariño a una compañera, profesional de cierto éxito, que pasaba las mañanas en su mesa de trabajo sin pegar palo al agua. En los 90 algunas redacciones eran como balnearios. Hasta te daba tiempo a leer la prensa o tomarte un café con los compañeros entre artículo y artículo. Pero esta profesión siempre ha estado llena de tipos listos, que trabajan lo mínimo y que saben venderse.

 

Esta chica –ya no tanto-a la que me refiero, y de la que es mejor no decir su nombre porque tiene muy mal genio, es una verdadera maestra del aparentar sin ser. Su mantra telefónico repetía una y otra vez “Aquí estamos, trabajando a tumba abierta”. Je, je. Hay tipos habilidosos y que saben venderse. Después he conocido que son legión. Lástima que cada vez les queden menos posibilidades para hacerlo.La situción hoy es otra.

 

El arte del escaqueo en las redacciones está en vía de extinción. Me pregunto qué dirá ahora esta mujer cuando descuelgue el teléfono y, sobre todo, qué hará para mantener su ultrarrelajado ritmo de trabajo en las adelgazadas redacciones de la crisis. Supongo que habrá buscado imaginativas argucias para seguir aprovechándosedel esfuerzo de los compañeros. Qué pena.

Luis Rendueles y Manuel Marlasca, subdirector y adjunto a la dirección de Interviú me dan una pista sobre las nuevas picardías de redactor. Son reporteros de sucesos que no necesitan presentación, transpiran oficio por todos sus poros y poseen el ojo hipercrítico y la pluma afilada propia del plumilla de la vieja escuela. En A quemarropa, su blog, acabo de leer una de las entradas más esclarecedoras de los últimos tiempos sobre la diferencia entre ‘periodismo ético’, que cita las fuentes aunque éstas sean su competencia, y ‘periodismo jeta’ (que nadie lea ‘periodismo Jota’, que sería un chiste fácil), que es aquél que se apropia sin rubor del trabajo de los demás y lo disfraza de investigación.

La entrada es brillante desde el principio:

No nos gusta entrar en peleas de periodistas: a ver quién la tiene más grande –la exclusiva–, a ver quién es más aguerrido, o mejor investigador –nosotros nunca nos hemos considerado investigadores, solo periodistas–. Pero siguiendo a Groucho Marx,“nunca olvido una cara, pero con la suya haré una excepción”–, vamos a contar un caso real ocurrido esta semana y que ilustra cómo anda la profesión, o algunos profesionales.

La historia, para simplicar, ilustra cómo algunos periodistas ayudan a otros compañeros cuando éstos acuden a ellos, incluso citan a otros medios en sus artículos pero, más tarde, ven desolados cómo plagian su trabajo sin siquiera citarles. Sería lo mínimo, digo yo.

Pero la realidad es ésta. Hay quien no cita y presenta su artículo –ya viejo- como una novedosa investigación. ¿Será porque los redactores jefe tienen tanto trabajo que no les da tiempo a leer lo que publican otros medios? No lo sé, pero tiene razón Rendueles en su párrafo de cierra. Es mejor trabajar en una ‘casa de citas’ (gran imagen) que hacer eso que algunos llaman periodismo de investigación:

Primero pensamos que El Mundo había olvidado citar el reportaje que su periódico pidió –imaginamos que para documentarse–. Luego, un amigo, veterano en esto de tratar con las tres p (periodistas, prostitutas, policías), nos lo explicó: “vosotros sí citáis vuestras fuentes, debe ser por eso que algunos dicen que en Interviú sois una casa de citas; pero El Mundo no; y a eso le llaman, algunos, periodismo de investigación”.

Pero pasen y lean el post completo, que merece la pena.

Periodismo low cost, el largo proceso de gestación de un escándalo laboral: #gratisnotrabajo

De vez en cuando el ego se viene arriba. No es dinero porque #gratisnotrabajo. Es, para no ser menos que mis amigos de Twitter, por un ataque de generosidad y porque si te llama un compañero lo menos que puedes hacer es atenderle como a ti te gustaría que te atendieran. Me llamaron de El País, un diario para el que he trabajado y en el que tengo muchos amigos, y les atendí.

 

Otras veces he quedado más satifecho con el resultado de los artículos en los que aporto información . Pero, bueno, supongo que a las fuentes que yo he utilizado para mis artículos también les habrá ocurrido algo así más de una vez. Hay cierta distancia entre lo que expresa el emisor y lo que percibe el receptor. Esta vez quedó así. Supongo que lo que le dije a Aurora se lo habían dicho antes algunos compañeros y tuvo que decidir. Mis palabras fuera de contexto y recogidas lateralmente me resultan extrañas. Nos pasa a todos.

Pero centrémonos. Se trataba de un artículo sobre el hashtag #gratisnotrabajo y la precariedad laboral de los freelance.

Ilustración de Well-Com.es

El día 8 de diciembre el tema afloró a la conciencia colectiva. Lo conté en Twitter y, con la idea de agitar un poco las aguas dormidas, le envié un correo a unos cuantos compañeros bien situados en diferentes redacciones. Había que compartir la información y, a la vez, desahogar la indignación tanto tiempo retenida. También soy un indignado. Comparto el texto de mi mensaje:

Hola:

Supongo que ya os habrá llegado o habréis leído este artículo:

Hace unos días el hashtag #gratisnotrabajo se convirtió en Trending Topic de Twitter. Lo inició una periodista a la que le había llegado una oferta de trabajo. Le ofrecían la fabulosa cantidad de 75 céntimos por cada noticia de 800 caracteres. Artículos en los que tenía que dejar muy bien a una determinada marca de complementos para bodas, bautizos y comuniones. Publicidad encubierta, vamos, y la paga ni siquiera da para tomarse un cafetito tras haber escrito los 800 caracteres.

En fin… Espero ver tiempos mejores para todos. Un abrazo,

Félix

El martes 13 me llamó por teléfono Aurora Muñoz, becaria en El País, de parte de una de las compañeras del diario a la que yo había mandado el correo. Me preguntó cuál era mi postura y qué opinaba de lo ocurrido. Mi contestación fue clara:

“No se trata de algo que haya surgido espontáneamente, sino que es un fenómeno que viene gestándose en la red desde hace varios años. En España, salta ahora a trending topic, pero era algo que se sabía. El hashtag [prefiero este anglicismo a etiqueta, que es el término utilizado en el diario] #gratisnotrabajo, que se convirtió en trending topic.

Una vez más, una realidad cotidiana y conocida por todos adquiere una dimensión inusitada al saltar a las redes sociales y ser rebotada por cientos de tuiteros indignados. Pero la situación no se ha producido por generación espontánea. Las granjas de contenidos son un problema aún sin solucionar en la red. Y hay que pensar en la explotación laboral que suponen y en el problema social que comporta una población alimentada con una información de calidad ínfima como la que ofrecen estas páginas.

Este caso nos permite poner sobre la mesa este problema y reflexionar sobre ello todos juntos. Pero, cuidado, además de Novodistribuciones (la empresa en cuestión) hay algunas otras granjas de contenido en España.”

Como no podía atenderla en ese momento, me ofrecí a enviarle esa misma noche toda la información sobre el tema, cosa que hice. Me alegra saber que habló con una compañera de la Carlos III que sabe bien lo que está pasando y que ésta le contó los precedentes de las granjas de contenidos. No obstante, voy a darme el gusto de exponer aquí algunos puntos que la periodista dejó fuera:

#gratisnotrabajo

Estamos en un proceso de cambio acelerado provocado en gran medida por la llegada de internet a nuestras vidas. En este nuevo escenario los periodistas debemos darnos cuenta de que no somos los únicos fabricantes de noticias y que, cuando lo hacemos, hemos de distinguir entre contenidos, calidad de información y conversaciones. Puede que nuestra próxima actividad se centre precisamente en eso: en filtrar y gestionar la información de calidad de la mucha que circula alrededor del ciudadano, más que en generarla. Y también en moderar la conversación que se produce en torno a los temas de mayor interés, los llamados trending topics.

 

1. Partimos del concepto de crowsourcing

Desde que Jeff Howe acuñó este término en la revista Wired (la biblia de los nerds) como una forma de aprovechar las posibilidades de la red para emplear mano de obra barata proveniente de la multitud de internautas, son muchas las compañías que han buscado jornaleros de todo tipo en páginas web. Muchos de ellos no van a ser especialistas, por lo que el objetivo, como ocurre con el outsourcing es abaratar costes.

Información al respecto:

Hay una página de wired dedicada a este tema de sus inventores.

También Enrique Dans tiene una entrada en su blog para distintas experiencias sobre las que va hablando.

Artículo en El País : ‘La investigación ‘crowdsourcing’ reabre el debate de la explotación laboral’.

En El Mundo: “‘Crowdsourcing’, cuando el pez grande se aprovecha del pequeño

 

2. Primer experimento de crowdsourcing en periodismo: Assignment Zero

Otro artículo de El País resume bien lo ocurrido y apunta el fracaso del experimento.

En el nº 22 de Cuadernos de Periodistas, de la APM (mayo de 2011) publiqué esto:

Páginas de colaboración en la red, una opción en alza. Internet es el mayor escaparate y a la vez el mayor escenario para los negocios del planeta, por eso dos ex redactores de Los Angeles Times, Allen Narcisse y Bill Momary, han optado por aprovechar el potencial para ejercer de emprendedores y ofrecer una oportunidad a otros periodistas en paro de todo el mundo. La idea es muy sencilla: una página para comprar y vender reportajes construida al estilo de la web de subastas eBay, en la que se inspira también su nombre. Aspiran a que Ebyline se convierta en un punto virtual donde un freelance pueda ofrecer sus trabajos periodísticos al medio que más puje. La web, http://www.ebyline.com, apuesta por un modelo periodístico de calidad para diferenciarse del modelo impuesto por Demand Media. Por eso la página exige algunos requisitos a quien quiera aportar trabajos. Ebyline selecciona a los periodistas según su grado de “profesionalidad”, que no es necesariamente su experiencia, antes de darles el visto bueno. Una vez conseguido, éstos ofrecen sus artículos mediante un extracto colgado en la página y responden personalmente a las ofertas de las editoriales.

El objetivo de esta plataforma de colaboradores es aprovechar la tecnología digital con dos objetivos: bajar los costes administrativos y concentrarse en hacer buen contenido. La página es especialmente atractiva para medios pequeños que no cuentan con reporteros en un punto del planeta sobre el que, de repente, quieran informar. Narcisse y Momary se quedan un 8 por ciento de cada transacción. Lanzaron la página en septiembre pasado y ya cuentan con casi medio millar de colaboradores inscritos. Según sus palabras, una treintena de empresas acude regularmente a Ebyline en busca de artículos. Su obsesión es diferenciarse de Demand Media, otra web de servicio editorial online que ofrece a los periodistas unos 15 dólares por hacer refritos de artículos aparecidos en la red.

En Demand Media, que merece un análisis aparte, utilizan un algoritmo robótico parecido al de Google News para detectar rápidamente los temas que más atención están generando en internet. Un ordenador combina los datos de esta información con la del precio que se paga por publicidad asociada a ese tema en sistemas automáticos tipo AdSense y, consecuentemente, calcula la rentabilidad publicitaria de un artículo según el tema elegido. Por ejemplo, con el lanzamiento de iPad 2 cualquier información relacionada con la actualización de la tableta de Apple generaba multitud de comentarios. El sistema lo percibe y lo cataloga como tema de especial atención (trending topic) y ofrece, por tanto, a los posibles editores la realización de artículos del tipo “cómo configurar el iPad” o “cómo mejorar la lectura de revistas en iPad”.

Son dos modelos diferentes de páginas con contenidos para editoriales y de oportunidades más o menos válidas para redactores con ganas de trabajar. Aquí ya conocíamos algunas experiencias temáticas que aprovechan esta forma de crowdsourcing (del inglés crowd, masa, y sourcing, externalización): Practicopedia.com, Parasaber.com, Suite101.net y recientemente Wikio Expert, donde se ofrece al internauta la opción de que se convierta en redactor y gane dinero con ello.

 

3. Fueron los primeros pasos para el periodismo ‘low cost’

Enfrentados como estamos a un momento difícil para las empresas informativas, sometidas bajo la bota de la crisis económica y la consolidación de plataformas digitales cuyo funcionamiento y forma de negocio está aún por descubrir, vemos que el modelo clásico de informador está también en crisis.

Hay audiencia, más que nunca, pero la fragmentación de la red divide los ingresos publicitarios. Aunque están llegando poco a poco (los ingresos por publicidad en internet han superado ya a los medios tradicionales en USA, según eMarketer en 2010 e IAB en 2011).

Sin embargo, los lectores pueden acceder a la información por múltiples vías. No son fieles a un informador y, además, no están dispuestos a pagar. Quieren todo gratis y la tecnología digital satisface sus deseos instantáneamente.

La información, antes un valor y elemento de poder, es ahora se ha depreciada. Los editores no encuentran un modelo sostenible basado en la información de calidad y, como salida, recortan gastos en plantilla. ¿Para qué pagar a un profesional si se puede obtener un producto similar a bajo precio? ¿No habíamos quedado en que los medios se habían convertido en plataformas publicitarias? Pues llevemos la idea hasta el extremo. Al fin y al cabo, la lógica empresarial es la de generar beneficios.

Entre los internautas anglosajones se ha popularizado el término churnalism, que es la información batida en la red y alimentada por el copia y pega de otras páginas.

 

4. En 2010 se produjo el boom de las granjas de contenido. Parecía un escándalo entonces… y Google reaccionó

Un artículo de Ticbeat.com que archivé en su momento, quizá sirva para entendernos. Se titula : ‘Lo mejor de 2010: granjas de contenido’.

Google intentó cortar la sangría procovada por las granjas de contenido en su buscador a principios de 2011, cuando cambió su algoritmo.

Algunos editores (entre ellos Murdoch) habían señalado a al buscador como el gran enemigo de los periódicos, pues Google hacía que los contenidos originales, que tenían dueño y autor, según sus palabras, apareciesen en las búsquedas muy por debajo de páginas que plagiaban sus artículos.

Acción-reacción que ha producido algunos cambios, aunque no determinantes. He aquí unos ejemplos, con crítica, por supuesto:

Primeros despidos en granjas de contenidos castigadas por el algoritmo de Google. El nuevo sistema para elaborar la lista de búsquedas también penaliza a sitios inocentes

 

5. En España #gratisnotrabajo salta ahora a trending topic, pero el fenómeno no es nuevo ni surge por generación espontánea

Una vez más, una realidad cotidiana y conocida por todos adquiere una dimensión inusitada al saltar a las redes sociales y ser rebotada por cientos de tuiteros indignados. Pero la situación no se ha producido de la noche a la mañana. Las granjas de contenidos son un problema aún sin solucionar en la red. Y hay que pensar en la explotación laboral que suponen y en el problema social que comporta una población alimentada con una información de calidad ínfima como la que ofrecen estas páginas.

Este caso nos permite poner sobre la mesa este problema y reflexinar sobre ello todos juntos.

Pero, cuidado, además de Novodistribuciones (la empresa en cuestión) hay algunas otras granjas de contenido en España. Es el caso que te comenté por teléfono, Suite101.net

Ellos no se consideran una granja de contenidos. Hace unos días publicaron este aviso:

Suite101.net podría convertirse en una ‘granja de contenidos’
En ese momento aconsejé a Aurora que se pusiera en contacto con la Asociación de la Prensa de Madrid, cosa que como queda reflejado en le artículo hizo.

 

El periodismo ciudadano nos enfrenta a los profesionales con el fin de la intermediación

Tengo que reconocer que el término ‘periodismo ciudadano’ se ha impuesto. Ocurrió hace unos años lo mismo, cuando me dedicaba en exclusiva a informar sobre temas de salud, con la ‘adherencia’ de los pacientes a los tratamientos. Siempre pensé que la palabra adecuada debería ser ‘adhesión’. Adherencia aquí es una falsa tradución del inglés. En español significa capacidad de pegarse a algo. Pero la lengua la construyen los hablantes, ¿verdad?

Hoy estuve en la presentación del libro Periodismo ciudadano. Evolución Positiva de la comunicación. Óscar Espiritusanto, @espiritusanto, coautor de la obra y compañero en la Carlos III, habló al principio del acto, y con su habitual discurso persuasivo me convenció de que no hay que perderse en los términos. Es cierto que durante años lo hemos conocido como periodismo participativo y para muchos quienes lo ejercían eran informadores ocasionales. Pero Óscar piensa que se trata de un nombre artístico. Y recuerda que El Fary se llamaba José Luis Cantero. Muy elocuente, pero me he movido en el asiento cuando ha recordado que algunos, cada vez que se acordaban de él, decían “el mal llamado periodismo ciudadano”. Que conste que he mostrado en público mi pudor:

El estudio, coordinado por Óscar y Paula Gonzalo, miembros del equipo editorial de Periodismociudadano.com, se muestra como un análisis en profundidad de lo que significa la desintermediación informativa que estamos viviendo. Más de una veintena de casos en todo el mundo, narrados en primera persona, ilustran lo expresado.

La obra aún no está disponible, pero pronto se podrá descargar de la red bajo licencia CC.

Un prólogo destacado

Howard Rheingold es prologuista de lujo del libro. Y centra certeramente la cuestión:

Con cinco mil millones de teléfonos móviles (centenares de millones de ellos equipados con cámaras) y dos mil millones de cuentas d internet, un porcentaje significativo de la raza humana dispone de una rotativa, una estación de radio, un organizados político y un mercado en su ordenador de sobremesa y en su bolsillo. Ahora mismo no está en absoluto claro si las instituciones en que se apoya el verdadero periodismo  van a sobrevivir o cómo lo van a conseguir.

¿Ha dicho Rheingold ‘verdadero periodismo’ de una manera intencionada? Parece como si quisiera dejar clara la contraposición con el periodismo ciudadano. Tendré que consultarlo.

Es cierto que cada vez más habrá una diferenciación entre periodista profesional -que informa regularmente, que maneja la expresión y las herramientas tecnológicas de una manera más depurada y cuyo objetivo es ganarse la vida- y periodista ciudadano –que cuenta lo que ha visto sin someterse necesariamente a una rutina periódica, al que no se le exige un acabado perfecto de su trabajo y que informa por el placer de compartir y contribuir al bien común-. Pero también es cierto que ambas modalidades están condenadas a convivir y a enriquecerse entre sí. Los ciudadanos, periodistas y no, saldrán ganando de este triunfo de la desintermediación comunicativa [sexto de los nuevos paradigmas de la comunicación recopilados por Orihuela PDF].

Lasswell ha muerto.

Howard Rheingold puntualiza que en esta convergencia de tareas en el quehacer informativo hay peligros y también oportunidades para el periodista profesional:

  1. Los periodistas no son solo reporteros que tuitean desde una manifestación o publican fotos de sucesos o eventos potencialmente noticiosos. Los periodistas trabajan fundamentalmente para verificar la información y las pistas que reciben de los ciudadanos. Muchos de los tuits que llegaron desde Teherán y Bombay resultaron no ser ciertos. No hay garantía de que la información que llega de primera mano sobre una noticia sea cierta. La verificación de la información recibida se ha convertido en una labor incluso más importante que la fuente de l noticia puesto que ahora esa fuente puede ser cualquier ciudadano desconocido, en lugar de un famoso periodista.
  2. Tratar de separar la información fiable de la poco fiable o inexacta es quizás la labor más importante de un periodista, pero está muy lejos de ser su única actividad. Los periodistas tratan de averiguar si hay más de un punto de vista sobre un asunto concreto y buscan a personas reputadas que les ofrezcan diferentes versiones o dimensiones de una historia.
  3. Los periodistas contextualizan los sucesos explicando su trasfondo histórico y cultural. Convierten los hechos en historias que ayudan a la gente a empatizar con las noticias.
  4. Aunque las instituciones sobre las que se apoyan las personas que realizan esa labor están cambiando, la necesidad de verificación, contextualización y la narrativa de esas historias no van a desaparecer, de hecho, esta necesidad e incluso mayor.

El reto va más allá de aprender a manejar la tecnología:

El desafío para los profesionales y los aficionados, consiste en entender la importancia de la búsqueda de la verdad a la hora de informar acerca de una noticia y el papel fundamental del periodismo en la democracia.

Son palabras mayores. No hay que decir más. Sólo leer el libro y mantener la mente abierta.

Más sobre periodismo ciudadano

Hay opiniones interesantes – y a veces discordantes- con respecto al término periodismo ciudadano. Seguro que este libro marca un antes y un después:

El País recoge el debate sobre el tema entre José Cervera y Javier Monjas en Huesca

“Me niego a denominar “periodismo ciudadano” a los contenidos generados por los usuarios” dice José Luis Orihuela

Visión de Eduardo Arcos

Opinión de Paper Papers, que apela al sentido común y cita a Juan Varela

Propuesta de una nueva ética en las redes sociales basada en la responsabilidad

 

ACTUALIZACIÓN. 2.12.2011: Ya está disponible el libro en PDF

 

La información entendida como servicio, y no como producto, reclama periodistas escépticos

Es gratificante comprobar que el interés por la información como bien común va ganando progresivamente el pulso a los intereses económicos que nos habían inculcado. Aprendimos que, al tratarse de un elemento del poder, la información se puede monetizar y convertir en un producto. Sin darnos cuenta, los periodistas nos hemos convertido en simples trabajadores de una industria que genera contenidos noticiosos listos para ser consumidos. Pero, ¿somos meros productores en las fábricas con valor bursátil que se han convertido los medios? Me niego a verlo así. La información es un derecho social que hay que preservar –y fomentar- con mimo.

A finales de septiembre del año pasado tuve noticia de que Bill Kovach y Tom Rosenstiel (autores del básico Los elementos del Periodismo) acababan de publicar un nuevo libro: Blur. How to know what’s true in the age of information overload (en español sería Difuminado: cómo saber qué es verdad en la era de la sobrecarga de información). Pese al interés que suscita todo lo que genera el támden responsable de uno de los think tank más poderosos en nuestra profesión, el Project for Excellence in Journalism, el libro no se ha publicado aún en español, pero su influencia se ha hecho notar. Su petición de un ‘periodista escéptico’ como única salvación ante los retos que nos depara el nuevo milenio.

Sólo la verificación de lo que dicen las fuentes y el acercamiento a los hechos con espítitu crítico hará que deje de pensarse en el periodismo como un producto comercial y comience a entenderse como lo que es: un servicio a la sociedad democrática. ¿A qué nos obliga a los profesionales un cambio de perspectiva tan profundo? Pues, según Rosenstiel y Kovach a desarrollar disciplinas y habilidades que el oficio ha venido cultivando desde antiguo, aunque últimamente se echen de menos.

Tom Rosenstiel lo resume en este vídeo grabado especialmente para un seminario de la UAH (11:50, subtitulado en español):

Rol de autentificador.En un momento en el que el ciudadano es bombardeado con más información, el papel del periodista es, según Rosenstiel, es de autentificador. Es el profesional que puede señalarle al ciudadano qué puede creer, qué hechos de entre todos los que se le presentan son confiables y qué paso de verdad. La función del periodista ya no es sólo contarle al mundo lo que está ocurriendo en el mundo, ahora debe organizar el tumulto informativo y apuntar lo que significan los datos que presenta, así como señalar qué no se sabe. Algo que para el ponente “es cada vez más importante.” (7:35)

Nuevos desafíos. “El periodista debe conocer y mostrar qué preguntas no se pueden responder todavía porque esos hechos aún no se han puesto en evidencia (7:49). Esto es más desafiante: los periodistas del siglo XX simplemente aprendían lo que podían y lo presentaban a la audiencia. La idea de que tenían que ocuparse de cosas desconocidas no era en realidad parte de la profesión.”

Periodismo como servicio.  “Ya no es más un producto, una narración que yo como audiencia pasiva tengo que leer. El periodismo se está transformando en un servicio: responda a mis preguntas.” (8:37)

Se precisan nuevas habilidades. “Este nuevo servicio demanda más de nosotros que el antiguo producto que les entregábamos” (8:52). Y requiere de los periodistas más habilidades de verificación, de escepticismo, que el anterior.

Fotos que hieren la sensibilidad del lector de periódicos y límites de la manipulación

La sensibilidad de la audiencia -sea lector, oyente, televidente o usuario de la red- depende, de la cultura y del entorno social, tal y como comentábamos en la última entrada.

Ahora, para confirmar todo lo expuesto, acaba de saltar otro escándalo de la mano de una portada (al parecer) muy agresiva.

Portada difuminada del periódico 'Habertürk'.

Leo en Elmundo.com:

Desnuda hasta la cintura, manchada de sangre y con el cuchillo sobresaliendo de la espalda. Parece un fotograma de alguna película de terror, pero no: es la realidad. Retratada en una portada del periódico turco ‘Habertürk’, uno de los más leídos del país, con una tirada diaria de unos 230.000 ejemplares. Una portada que no ha sentado nada bien entre las asociaciones de mujeres que luchan contra la violencia.

«Esta portada y la foto no sirven para denunciar los asesinatos de mujeres sino para legitimiarlos«, reza el comunicado de la Plataforma de Insurrección contra los Asesinatos de Mujeres, integrada por las asociaciones feministas y de centros de acogida más importantes del país, como Mor Çati, WWHR, Kadav o Amargi. «A las mujeres y su entorno se les hace sentir indefensas contra la amenaza de la violencia masculina», concluye.

Me recuerda el embolado que se montó en torno a las fotografías publicadas sobre el atentado del 11M (PDF) en Madrid.

También renace el viejo debate de la manipulación, la que se hace por ética y la que obedece a pura estética (PDF) .

El dolor y la imagen. Debate sobre el tratamiento informativo del 11-M | Varios diarios internacionales retocaron las fotografías más dramáticas | Los peligros del tratamiento digital y el respeto a los lectores Por J. Varela (PDF)

Esta fotografía (en realidad una serie de Pablo Torres servida por Reuters) fue manipulada por distintos medios para hacer menos evidentes los restos humanos dispersos por las vías. Tiscar Lara salvó una recopilación de Poynter.org que ha desaparecido (?) de la red.

Aunque sea el mismo medio, una cosa es la web y otra el periódico en papel

Un interesante ejercicio es comparar lo que aparece en la página web de un periódico cuando salta una noticia y cómo lo publica después en papel. En ocasiones nos encontramos con diferencias muy marcadas. Podría deberse a la diferencia entre el lector de pantalla y el de prensa, que ofrece un perfil muy diferente y a las estrategias empresariales de la cabecera. Pero, ¿esto no distorsiona los principios de la credibilidad basada en el brand-name? ¿Está bien que la información se ofrezca de una forma en internet y otra en el diario?

 

Hoy Milagros Pérez Oliva, defensora del lector de El País, habla en su sección sobre «Las tenues fronteras del sensacionalismo«. Contesta así a las protestas de algunos lectores por la presentación de las fotos del cadáver de Gadafi, identificadas como una concesión al periodismo amarillo.

Tanto las fotos como los vídeos sobre la captura y muerte de Gadafi son de una gran violencia. ¿Estaba justificada la publicación de esas imágenes? Ricardo Gutiérrez, redactor jefe de Fotografía, asegura que ni él ni los demás responsables del diario tuvieron la más mínima duda: el valor informativo era incuestionable. La única duda que se planteó fue sobre la autenticidad, pues la imagen no era del todo nítida y las mismas fuentes habían anunciado tiempo atrás la captura de uno de los hijos del coronel, y esta no se había producido. Advirtiendo de esta cautela, la foto fue publicada en la cabecera de la edición digital. Y enseguida llegaron cartas de lectores.

Pérez Oliva comprende que las fronteras del sensacionalismo son imprecisas, sobre todo en una sociedad en la que este tipo de fotografías escabrosas circula con rapidez por la red y «se ha incrementado la tolerancia, tanto los editores como entre los lectores». Por eso ha querido comprobar el tratamiento efectuado por otros medios «de referencia» (todos extranjeros, por cierto).

Me ha movido la curiosidad y, ya que Milagros se refiere a las ediciones digitales, he buscado portadas de papel de ese día. Y ha habido sorpresas:

«Como las fronteras del sensacionalismo son imprecisas, al recibir las primeras quejas quise comprobar qué tratamiento estaban dando a esas imágenes -sobre las ocho de la tarde del jueves- las webs de otros periódicos de referencia. En la prensa británica, The Guardian colocaba la foto de Gadafi en portada, pero con un tratamiento discreto: la foto del cadáver era la primera de un mosaico de cuatro que, en conjunto, ocupaba un espacio más bien discreto.»

Sin embargo, la portada en papel se dejó llevar por la emoción:

The Guardian

The Times mostraba en portada una gran foto de Gadafi aún vivo, aunque ensangrentado, y remitía a una galería de imágenes en la que había dos del cadáver.

Al día siguiente no hay fotos del tema en portada:

The Times

The Independent abría también su edición digital con la noticia, pero no llevaba la foto de Gadafi en portada. En el desarrollo interior incluía una imagen del coronel muerto, dentro de una galería con otras imágenes.

Efectivamente, después no puso fotos del cadaver en portada. Pero sí de su linchamiento, de una violencia extrema.

The Independent

El francés Le Monde abría con una gran foto en la portada, pero no era la del coronel muerto, sino la de un joven que exhibía un póster con la imagen del dictador muerto; era una forma muy indirecta de mostrar el cadáver.

Le Monde

Por su parte, La Repubblica, en Italia, mostraba en la portada dos grandes fotos, una de un joven exhibiendo la pistola de Gadafi y otra del cadáver.

Después la imagen del «cuerpo profanado» aparece, aunque en pequeño. Corriere hace lo propio:

La RepubblicaCorriere della Sera

Al otro lado del Atlántico, The Washington Post no llevaba fotos del dictador en portada, ni vivo ni muerto. La noticia remitía, mediante un enlace, al vídeo de su captura y a una galería de fotos, entre las que solo había una del cadáver.

En papel no exhibe el cadaver, pero ofrece la cara del dictador ensangrentada. Si bien es cierto que en un tamaña menor:

Washington Post

¿Y qué hacia The New York Times, el diario de referencia del resto de diarios? En ese momento la noticia de la muerte de Gadafi abría también su edición digital y como EL PAÍS, encabezaba la portada con una galería de fotos. Pero la que aparecía fija en primer lugar no era la del coronel muerto, sino una que mostraba el júbilo de los rebeldes. En la galería, la foto del cadáver figuraba en último lugar y cuando el lector iba a acceder a ella aparecía una advertencia en grandes caracteres: «La foto que sigue es una imagen del que se dice que es el cadáver de Gadafi».

 

New York Times

«Como las fronteras del sensacionalismo son imprecisas, al recibir las primeras quejas quise comprobar qué tratamiento estaban dando a esas imágenes -sobre las ocho de la tarde del jueves- las webs de otros periódicos de referencia. En la prensa británica, The Guardian colocaba la foto de Gadafi en portada, pero con un tratamiento discreto: la foto del cadáver era la primera de un mosaico de cuatro que, en conjunto, ocupaba un espacio más bien discreto.»

Sin embargo, la portada en papel se dejó llevar por la emoción:

The Guardian

Sin embargo, aparte de esta diferenciación notoria y que merece un análisis detenido entre una plataforma y otra del mismo medio, habría que reflexionar sobre otras cuestiones. La defensora se da cuenta y dice:

La primera frontera está clara: el valor informativo debe prevalecer sobre la capacidad de impacto. En este caso, la imagen de Gadafi muerto pertenece a la misma categoría que la del cadáver del dictador rumano Nicolae Ceausescu, ejecutado en 1989, o la del cuerpo de Benito Mussolini colgado por los pies en una plaza de Milán tras ser ejecutado en 1945.

Los editores de los diarios mencionados coincidieron en que el valor informativo de la imagen justificaba su publicación. Pero no todos la colocaron en portada y no todos le dieron el mismo tratamiento. De lo cual se deduce que la frontera del sensacionalismo se sitúa, en estos casos, en la medida, en los matices. Varios de estos diarios han aplicado en este caso un criterio implícito: que el lector no se encuentre por sorpresa con una imagen tan desagradable, pero que pueda acceder a ella si quiere verla. The New York Times es el que aplicó este criterio de forma más exquisita.

Yo habría añadido que también cuenta la cultura. No es lo mismo un lector anglosajón que uno mediterráneo o iberoamericano:

ClarínO Globo

La VanguardiaEl Mundo

Queda claro que, en todo caso, el valor informativo de una imagen prevale sobre otras consideraciones.

 

Plagios y refritos periodísticos, fáciles de hacer pero también de detectar

En internet es muy fácil copiar y pegar artículos ajenos, pero también es tremendamente sencillo descubrir a quien se vale de esta técnica para presentar un trabajo como suyo.

Las alertas del Blog del Knight Center me avisan de que “una reportera de Politico renunció tras acusaciones de cometer plagio de artículos previamente publicados por The New York Times, Associated Press y otros medios”. Una nota editorial de la publicación digital señala:

«Uno de los principios inviolables del periodismo, algo por lo que trabajamos en Politico, es que lo publicamos sea genuino y nuestro (…) Nuestro estándar en Politico es ser honestos con nosotros mismos y con nuestros lectores cuando erramos, y actuar con prontitud, en forma justa y transparente para mantener la confianza del público.»

En The New York Time ya se enfrentaron con Jayson Blair al problema de un periodista de prestigio que plagia, pero supieron reaccionar. Entonces, un ‘comité de investigación del plagio’ liderado por Allan M. Siegal identificó en una serie de ‘exhaustivos’ artículos los desllices de Blair, que arrastraron consigo al director del NYT, Howell Aines, quien se vio obligado a dimitir.

No hay que engañarse, el copia-pega se está convirtiendo en una herramienta más del oficio. Pero tampoco hay que resignarse. Todas las estrellas tienen un ángulo poco fotogénico.

Helena Barrera-Agarwal  reflexionó sobre el caso de Jayson Blair, Su pensamiento es extrapolable al momento actual con las circunstancias introducidas por internet en todos los medios del mundo:

“Durante años Blair se había servido de la tecnología del periódico para escribir historias apócrifas. Usando teléfonos celulares había dado la impresión de encontrarse en los lugares de sus reportajes, sin abandonar Nueva York. Sus crónicas contenían pormenores plagiados de crónicas ajenas, descripciones redactadas con la ayuda de fotografías localizadas en bases de datos, declaraciones inventadas por su imaginación febril. A pesar de la gravedad y envergadura de sus embustes, con alarmante regularidad su firma había aparecido en la célebre primera plana (…)

El ambiente periodístico que permitió las actividades de Jayson Blair y de Judith Miller es un paradigma de los escollos que inquietan a la profesión. Seth Mnookin en su libro Hard News (Difíciles Noticias) alude a las características de la administración de Howell Raines valiéndose de las observaciones críticas de Daniel Okrent, editor público del The New York Times:

‘Una avidez por exclusivas; una cultura que valoraba espectaculares historias de primera página; una tendencia al periodismo de “golpea y corre”, en el que raramente se asignaba continuaciones escépticas a historias; y una mística en la que las fuentes de importancia eran tratadas con guante blanco.’

31 de mayo de 2006. Caigo en la cuenta de que los plagios en periodismo también pueden ser gráficos. La portada de Marca copia literalmente una imagen de un blog:

elcodigodeluis.jpg

7 de febrero de 2007. La agencia EFE despide, por primera vez en su historia, a una redactora por plagiar un artículo de la Wikipedia.

25 de marzo de 2007. Pero esto también afecta a personajes muy acostumbrados a escribir. El novelista peruano Alfredo Bryce Echenique es acusado por estas fechas de sucesivos plagios en revistas y  periódicos. Más tarde, también Arturo Pérez Reverte se topa con el fantasma del copia-pega en sus artículos.

18 de mayo de 2009. Maureen Dowd, ganadora del premio Pulizter en 1999 y columnista de New York Times, plagió al menos un párrafo entero de un artículo publicado en un blog sin citarlo. El prestigioso periódico norteamericano tuvo que publicar una corrección y pedir disculpas. La periodista, en cambio, dijo que nunca antes leyó ese texto (ing.) pero que se lo escuchó decir a un amigo suyo.

13 de enero de 2010. Una sentencia condena a Periodistadigital.com a pagar 3.100 euros al blogger Samuel Parra, experto en protección de datos, cuyo post «El cotillear se va a acabar (en la Administración de Justicia)» fue reproducido tal cual dos días después por el medio online. Para el juez, esto «supone una infracción de los derechos de autor de Samuel Parra por plagio del citado artículo sin autorización ni citación de la fuente ni del autor».

No es la primera vez que PD es acusada de plagio.  Rosa J.C. denunció que esta página le copió hasta las erratas.

7 de febrero de 2010. Sin embargo Periodistadigital.com señala con el dedo a El País por hacer lo mismo en un artículo -que reproduce literalmente otro de La Defensora del Lector  de ese diario-. Esta vez admite la reproducción total bajo un intento de eximir la culpa mediante un subtítulo: “Autoplagiarse de forma tan extensa y tan literal puede menoscabar su imagen (la de José Tamayo, que firma la pieza) y la del propio diario El País”. Sorprende la falta de autocrítica y de comillas que indiquen donde comienza la cita:

Por su interés, reproducimos a continuación el artículo Historias de plagios y autoplagios de la Defensora del Lector del El País, Milagros Pérez Oliva, publicada este domingo 7 febrero 2010 en el diario.

La historia que les traigo hoy a colación tiene que ver con las inseguridades del mundo digital, donde las cosas no siempre son lo que parecen ser y donde llegar a desentrañar lo que realmente es requiere a veces un esfuerzo casi detectivesco que no siempre los lectores están en condiciones de hacer. Vean este ejemplo: un lector de Tarragona, Miquel Sunyol, me envía este correo: « El País se hizo eco en su momento de la muerte de Edward Schillebeeckx, uno de los grandes teólogos del siglo XX, lo cual es un punto positivo para El País. Mi asombro vino cuando pude comprobar que la reseña necrológica, firmada por Juan José Tamayo, era un simple ejercicio -propio de un mal alumno de ESO- de copiar y pegar, extractado de Wikipedia (los profesores de ESO suelen darse cuenta cuando ocurren estas cosas). Edward Schillebeeckx y los lectores de El País se merecían otra cosa», escribe. El lector se había tomado la molestia de copiar en paralelo las dos versiones, la de Wikipedia y la de El País.

Sin embargo, Pérez Oliva coteja las versiones de quienes gestionaron la necrológica y la del propio autor, y descubre que la primera, la que coincidía con Wikipedia, también era obra de Tamayo. Sorprendente la conclusión de la Defensora del Lector:

He aquí cómo, en tiempos de Internet, el verdadero autor puede llegar a ser sospechoso de plagio, y quedar incómodamente indefenso y hasta ignorante de la mala fama que ello le puede reportar.

No se pierdan el final del artículo de la Defensora, con otros dos aleccionadores ejemplos de copia-pega:

Una lectora de Madrid, Rosa de Lera López, me escribió el 21 de diciembre para advertirme de que acababa de leer una noticia calcada de otra publicada anteriormente. «Creo que un periódico de la talla y prestigio de EL PAÍS no puede permitirse este autoplagio tan escandaloso», decía, enfadada. Efectivamente, la noticia EL PAÍS, líder en Twitter, publicada el 21 de diciembre, era casi idéntica a la titulada EL PAÍS es líder en Twitter, del 29 de octubre. Sólo se había cambiado la cifra de usuarios. Un burdo copiar y pegar con firma corporativa que, tratándose de una noticia que quiere destacar un éxito del propio diario, no habla precisamente a favor de su calidad.

El hecho de que EL PAÍS sea utilizado como base de documentación por muchos académicos, y que sea además tan fácil acceder a los archivos, hace que plagios y autoplagios sean ahora mucho más fácilmente detectables. Un profesor universitario me escribe, con ruego que de que no mencione su nombre, para advertirme de que el artículo de Javier Sampedro publicado el 27 de diciembre bajo el título Patente omisión, es en su mayor parte una reproducción literal de otro titulado El precio de no inventar, publicado por el mismo Sampedro ¡en septiembre de 1998!

Sampedro me facilita la siguiente explicación: «El lector está en lo cierto. Quería mostrar ejemplos históricos de patentes, recordé que los tenía escritos en una vieja pieza, la busqué y los tomé de ahí. Incurro a menudo en este tipo de autoplagios. Cuando has explicado cien veces lo que es el ADN, ya no puedes mejorar más ese párrafo, y lo lógico es tomarlo de artículos anteriores. Un hiperlink evitaría tener que hacerlo, pero apenas los usamos en nuestra web». Sampedro es uno de los divulgadores científicos más respetados. Aun cuando el texto sobre las patentes siga siendo tan interesante como lo era el de 1998, autoplagiarse de forma tan extensa y tan literal puede menoscabar su imagen y la del propio diario. Y desde luego estoy segura de que también hiere la vista de sus admiradores.

9 de febrero de 2009. Las cabeceras también se acusan unas a otras de plagio. La página 8 del ABC de este lunes se convierte en un golpe a la línea de flotación del diario La Razón, dirigido por Francisco Marhuenda. Lo hace con pruebas documentales, pues buena parte del contenido del editorial «Toda una vida», publicado por ABC el pasado sábado, reaparecía al otro día, pero en las páginas de La Razón.

15 de febrero de 2010. @ramonsalaverria se queja en Twitter de que en El Mundo le copian sin pararse a enlazar, que es lo mínimo:

«Esto se llama plagio: ayer en mi blog; hace un rato en El Mundo. No hay links»

16 de febrero de 2010. El País informa de que el diario The New York Times investiga a uno de sus periodistas económicos sospechoso de haber plagiado palabras y pasajes publicados, entre otros, por el Wall Street Journal o la agencia Reuters. El periódico neoyorquino aseguró en la sección Correcciones que en el último año, en varios artículos económicos y en uno de los blogs de su edición online, un redactor, Zachery Kouwe, «parece haberse apropiado indebidamente de expresiones y pasajes publicados por otros medios de comunicación».

17 de marzo de 2010. Otro de los grandes, The Washington Post, pide disculpas en un editorial publicado en su página web porque Sari Horwitz , ganadora nada menos que de dos premios Pulitzer, ha plagiado parte de dos reportajes publicados por el Arizona Republic Newspaper.

2 de mayo de 2010. Milagros Pérez Oliva vuelve a la carga desde su posición de Defensora del Lector de El País para arremeter contra “el periodismo de refrito y composición”:

Examinados los casos, no he encontrado plagio, y así se lo he hecho saber, pero la insistencia en este tipo de quejas me ha llevado a observar con un poco más de detenimiento esta cuestión. Y lo que he encontrado es algo que parece molestar a los lectores tanto como el plagio, aunque no lo sea: lo que podríamos llamar periodismo de refrito y composición. Son artículos «tan inspirados» en otros, que parecen copiados (…) Pero la lección que extraer de estas quejas es clara: hemos de evitar el periodismo de refrito, tener mucho cuidado con el de composición y en todo caso, ser exquisitamente respetuosos con el trabajo de los demás, citando aquellos artículos cuyo contenido nos parezca interesante reproducir.

20 de junio de 2010. Los casos de plagio se multiplican por la facilidad de las nuevas tecnologías y, además, gracias a ellas se dan a conocer con gran viralidad. Los medios deciden despedir a quien encuentra culpable http://www.eae-deusto.es/contabilidad-finanzas/inicio.htm?c=I10111M3107   .Jill Geisler, del Poynter, opina que un despido puede ser justificado si el periodista ha actuado de espaldas al medio. Ofrece algunos consejos para los editores.

 7 de septiembre de 2010. La portadilla del programa Puro Cuatro de la cadena de televisión del mismo nombre presenta como una noticia real una de las habituales burlas de El Mundo Today, que publicó una información acerca de la posibilidad de que el nuevo iPod no permita escuchar «música de mierda». Reproduce declaraciones que habría hecho el fallecido presidente de Apple, Steve Jobs, durante la presentación de novedades de la compañía.

26 de diciembre de 2010. Borja Cabeaga introduce un nuevo matiz en este ejercicio “tan periodístico” que es el corta y pega:

Este fenómeno lo he padecido mucho como entrevistado. Noto una gran diferencia entre las entrevistas que me hacían hace dos años con el estreno de mi anterior película y las que me hacen ahora. A mí me gusta llamarlo «el Armageddon del corta-pega». Consiste en que el periodista no te entrevista por teléfono ni presencialmente, sino que te envía las preguntas por mail y tú escribes las respuestas. La ventaja para el entrevistado es que no hay peligro de tergiversación en tus palabras y la desventaja es que le estás haciendo el trabajo al periodista. Eso sí que es «yo periodista»… El entrevistador abre el documento, selecciona el texto, corta y pega y ya tiene su artículo. Si hay un «yo periodista», lo normal sería que en los próximos años hubiera un «yo médico», un «yo auxiliar administrativo» o un «yo técnico nuclear».

27 de febrero de 2011. Milagros Pérez Oliva hace una nueva incursión sobre el plagio y la falta de respeto al trabajo ajeno, que se presenta nuevos matices cuando el periodista se hace pasar por experto en un tema que desconoce. Esta vez la Defensora del Lector analiza el caso relacionado con un artículo publicado el 20 de febrero en el suplemento Negocios a página entera y en un formato reservado a las grandes aportaciones. En ese artículo, firmado porBorja Vilaseca, se defiende que el actual modelo de consumo es insostenible y se argumentan las razones sin que aparezzca ni una sola cita, de modo que cualquier lector puede pensar, con lógica, que lo allí expuesto es una formulación original del autor:

«Mi sorpresa fue», prosigue, «que al leer el artículo me encontré con una transcripción resumen, en algunos casos con expresiones idénticas, del vídeo de Annie Leonard La historia de las cosas, uno de los mejores audiovisuales que yo he visto explicando este tema». El lector tenía razón. Esta defensora se quedó estupefacta al comprobar no solo que el texto sigue fielmente el esquema del vídeo, sino que, como dice Carlos Ballesteros, «hay expresiones que son literalmente una transcripción de la traducción española que hay en YouTube».

17 de agosto de 2011. La bloguera británica Alice acusa al diario Daily Mail de apropiarse sin su consentimiento de unas fotografías que ella hizo y posteriormente colgó en su cuenta de Twitter. El rotativo colgó las fotos en su sitio web sin atender a las condiciones de la bloguera y eliminando además todos los ‘links’ que relacionaban la noticia con ella.

Relacionados:

‘Churnalism’ arma de detección (de plagios) masiva.  Se trata de una nueva plataforma independiente sin ánimo de lucro creada por Media Standards Trust cuya función es comprobar la originalidad de los textos periodísticos fusilados tal cual de otros medios, sin enlace y sin remordimiento. Mediante un sistema de comparación pretende detectar qué textos son una copia o cuales son originales. El término es una fusión de los términos en inglés «churn» (remover o revolver) y «journalism», (periodismo).

“Criptomnesia”: es más fácil recordar la información que la fuente

El plagio entre periodistas. Una práctica más habitual de lo que se cree

El refrito en los medios

Medios que ni siquiera saben copiar 

¿Ha muerto realmente el periodismo?

Vía @saladeprensa Gerardo Albarrán.

No sé si ha muerto. Pero sí que anda mal. En Twitter hablan de ello:

Lo que ocurre cuando los políticos se meten de consejeros en los medios de comunicación

Aún no me he recuperado del cabreo. Y menos mal que estamos en campaña, porque ya se empieza a ver por dónde van a ir los tiros en los próximos años. Si alguien tiene dudas, que mire a TeleMadrid.

Me refiero a que el Consejo de Administración de TVE aprobó ayer (21 de septiembre, última hora de la tarde) acceder a la edición de las noticias. Un escándalo de dimensiones incalculables, sobre todo ya no por quien propuso la medida, sino por -atención- los que se abstuvieron y permitieron que ésta esta siguiera adelante (PP voto a favor; PSOE, CCOO y ERC se abstuvieron y en contra, IU y UGT). Había pensado escribir sobre el tema en este blog y también en encender el ambiente en Twitter, pero ahí ya está bastante animada la conversación al respecto. Y aquí es mejor dejar constancia de las cosas como han y están sucediendo. Contadas desde la propia casa:

Así saltó la noticia (0:5om)

La FAPE ha emitido un comunicado de condena tajante. Para la Federación de Asociaciones de Periodistas de España:

Esta propuesta anticipa un objetivo de censura previa que se creía desterrada en los medios de comunicación. Es una propuesta que nos devuelve a un pasado que entendíamos superado, en el que la libertad de información no existía.

Revuelo en la red, asambleas de trabajadores en RTVE, corrillos en las redacciones…

El primero, que yo sepa, fue Ignacio Escolar en Twitter:

Después otros bajo el hashtag #rtvedetodos:

A las 10:28 de esta mañana (día 22),  la página oficial del Ente avisaba de que se vislumbraba una vía de solución. Pero el daño estaba hecho y la desconfianza había prendido en todos los rincones del país:

Los consejeros del PP de RTVE han emitido un comunicado en el que informan de la anulación del acuerdo adoptado este miércoles y propuesto por una consejera de este partido para que los miembros del Consejo de Administración puedan tener acceso al sistema de producción y edición de los informativos de TVE (iNews).

(…) El sistema de trabajo iNews es una red interna que utilizan los editores de los informativos de TVE para seleccionar los temas de cada informativo y los informadores para realizar su trabajo y elaborar su noticias.

En el informativo de las 15:00 ya se da por cierto que tanto PSOE como PP rectifican y que «se trata de un error que hay que rectificar». ¿Cómo?

Con la dimisión de los consejeros, supongo.

 

Cinco propuestas para conocer de primera mano lo que le pasa al periodismo (estadounidense)

Estaba paseando encantado por una de esas plataformas digitales que intentan que los ciudadanos se preocupen por lo que sucede a su alrededor, abandonen la cómoda inactividad y se impliquen en acciones sociales concretas. Me encuentro con una que se preocupa por el periodismo. Es sobre todo del estadounidense y está en inglés, pero marca un camino interesante.

TakePart pide la colaboración a activistas de todo el mundo y les ofrece plataformas digitales para que se movilicen. Igualmente proporciona todo tipo de información y ayuda con el fin de conseguir sus objetivos: agrupar y visibilizar las acciones ciudadanas, a las que ofrece la referencia de su página web como centro de operaciones.

Con respecto al periodismo me encuentro de nuevo con ‘Page One, un proyecto que para TakePart es mucho más que ese documental subtitulado ‘Inside The New York Times’ en el que nuestro periódico de referencia universal se mira en el espejo. Una oportunidad de ver que los ricos también lloran y que, además, pasan penalidades. Es lo que le toca al mundo impreso y, en general, todo el periodismo en este momento.

(tráiler de la película: 2,29m, ing. )

Como paradigma de todos los demás diarios, el gigante estadounidense enseña las cicatrices que le está dejando la reestructuración del modelo de negocio. Es una empresa y lo necesita para sobrevivir: un centenar de despidos y la valentía de volver a interponer un antipático muro de pago en su web con una fórmula mixta observada con interés por los analistas de todo el mundo. Es impagable ver y oír cómo sobrellevan las fricciones del zeitgeist periodistas que todos tenemos en el altar de la profesión y que han contribuido a que el nombre del NYT sea tan grande.

Pero los chicos de TakePart van más allá y dan cinco consejos sobre cosas que puedes hacer si te interesa el tema, además de, por supuesto, ver la película :

  1. Unirte a la conversación en su Facebook.
  2. Leer ProPublica y estar al tanto de sus investigaciones periodísticas, siempre de interés público.
  3. Visitar NewsTrust, un marcador social de periodistas para periodistas que ayuda a identificar el periodismo de calidad (estamos hablando de periodismo estadounidense).
  4. Contribuye a mantener el proyecto SaveTheNews.org, una iniciativa de Free Press para para promover una prensa más libre y robusta.
  5. Sigue la cuenta en Twitter de Pageonemovie.

Para cualquier periodista es difícil, muy difícil no perder la perspectiva de la profesión mientras intenta adaptarse al proceso cambiante a que ésta se ve sometida y tiene, además, que ponerse al día con la tecnología, la economía (hoy has de ser emprendedor y saber cómo funcionan las empresas) y, por supuesto, estar muy al tanto de la especialidad a que se dedique. Aparte debe conocer lo que ocurre en el mundo, porque es su obligación y sus artículos han de estar bien contextualizados. Es difícil pero seguimos intentándolo.

ACTUALIZACIÓN 20.09.2011, 14:45: Leo y pego de una entrevista de Bernaldo Barrena con David Carr en Público.es. Más brotes verdes a tener en cuenta descubiertos por uno de los ‘protas’ de Page One:

B.B. A veces, el documental se parece a un epílogo. ¿Se enfrentan los periódicos y el periodista a la vieja frase de «no hay futuro»?

D.C. No. Creo que el filme es muy esperanzador, creo que el negocio es muy bueno y creo que al NYT le ha ido bien con su muro de pago en internet. Obtuvimos un préstamo de 250 millones de dólares por parte de un multimillonario y le estamos pagando a tiempo, lo que es muy importante, ya que no es bueno deber ese montón de dinero. Estoy bastante esperanzado, y no soy tan fatalista como era cuando filmaron el documental.

Repensar la noticia y definir el nuevo diario, posibles soluciones a una crisis inacabable

Como cada cual, asisto ensimismado y con orejas, ojos y demás sentidos muy abiertos al espectáculo de una información sometida a “la centrifugadora digital”, (Fogel y Patiño dixit). Insisto en que hasta ahora hemos hablado mucho de tecnología y demasiado de economía, pero poco de periodismo. Sin embargo, parece que las mentes más despiertas empiezan (afortunadamente) a reaccionar y a recordarnos dónde estamos.

El último análisis sobre la situación es de Pepe Cervera, quien , brillante como siempre, expone sus ideas en el Congreso Andaluz de Periodismo Digital de La Rábida (15-16 sept. 2011). Previamente Cervera ha desarrollado su tesis en su blog. Demoledor. Reproduzco párrafos, pero aconsejo lectura detenida en origen:

1. Situación desesperada.

Ya hemos recortado todo lo recortable, reasignado todo lo reasignable, reducido todo lo reducible. Hemos quitado, simplificado y despejado; hemos reprogramado, reajustado, minimizado y niquelado. Nuestros productos no tienen un gramo de grasa de sobra, y nuestros compañeros no tienen un minuto del día libre.

El trabajo de los redactores lo hacen becarios, el de los redactores jefe, redactores, el de los subdirectores, redactores jefe; cuando no hacen becarios todos los trabajos, y aún se mantienen dobles estructuras de sueldo y condiciones entre unos y otros. Donde debía haber 15 haciendo el trabajo de 10 hay 5 haciendo el trabajo de 15, y ganando lo que debieran cobrar 2. No queda un coste por recortar, un recurso por aprovechar, un esfuerzo por exigir en el nombre de la empresa y la profesión. Y pronto no quedará un periodista por despedir.

2. Hemos reaccionado, pero mal.

Lo hemos probado todo en muros, murallas, vallados, cercos, tapias, paredes, tabiques, cercados, alambradas, barreras fijas y móviles y otros dispositivos de control. Hemos cobrado, regalado, ofertado, vendido y revendido. Hemos demandado, amenazado, suplicado y hasta mendigado. No ha servido de nada. Nos hundimos.

 3. La solución pasa por reinventar el periodismo.

Nuestro problema, damas y caballeros, es de producto [no de modelo de negocio]. La gente ya no necesita diarios de 64 páginas, ni noticias 10 segundos antes que el vecino, ni informativos de 30 minutos. El público recibe demasiada información, está anegado de datos, y no necesita productos que incrementan la infoxicación que sufre, en lugar de aliviaría.

PRIMERAS PROPUESTAS DE PEPE CERVERA:

A)    Tenemos que redefinir la noticia, el átomo de la información. Los valores de rapidez y exclusividad carecen de sentido en un entorno de sobreabundancia de información; ya no vale ser el primero, es más importante ser el mejor.

 B) No basta con contar lo que pasa; hay que explicar qué significa, de dónde viene, cuáles son sus consecuencias. Y para ello no hay que distinguir por secciones, o por formatos, o por medios; hay que usar todos los recursos disponibles y necesarios para contar mejor la historia. Hay que usar texto, fotos, vídeos, visualización de datos, geolocalización y enlaces en función de lo que queremos contar.

C)   Hay que replantear lo que ofrecemos, cómo lo fabricamos y de qué manera lo ofrecemos. Hay que acabar con las secciones y con los feudos, con las barreras entre soportes y con el tradicional reparto de funciones y tareas. Hay que inventar un nuevo núcleo informativo desde la necesidad del usuario y las herramientas disponibles. Y seguir haciéndolo según surjan nuevas posibilidades. Tenemos que repensar, y rehacer, el diario generalista; entendido como paquete de información.

D) El medio futuro en la red no tiene por qué, ni puede, tratar todos los temas y cubrir todas las informaciones. La idea de contar el mundo al mundo para todo el mundo carece y de sentido. El diario generalista de audiencia general ha quedado obsoleto. El futuro son medios segmentados, de audiencias reducidas pero rentables, de redacciones pequeñas y de alcance informativo menor. Se ha terminado la era industrial de los medios; hay que regresar a los talleres de artesanos que fabrican noticias de alta calidad que no interesan quizá a todo el mundo, pero que son las mejores para aquellos que sí están interesados.

E) Si queremos que el periodismo viva tenemos que pensarnos seriamente cuál es la esencia del periodismo, y qué es accesorio. La noticia tal y como la conocemos, el diario y sus valores han formado parte central de lo que somos, pero no son la esencia de la profesión ni del papel social de nuestra industria. Para que sobreviva nuestra esencia hay que abandonar lo accesorio y abrazar lo importante, que es informar lo mejor posible.

No puedo evitar comparar el razonamiento con el de los indignados del 15M ante un sistema económico global que no funciona y que nos está machacando a todos. Los economistas y los políticos buscan las soluciones donde no pueden encontrarlas y los problemas se perpetúan. En periodismo ocurre lo mismo. Puede que Pepe tenga razón. No es un problema de negocio, sino de producto. No es un problema de empresa sino del papel que juega la información (profesional) en el nuevo mundo que estamos construyendo.

Nos centramos demasiado en la economía, en el beneficio, en la publicidad, en el puesto de trabajo y desviamos la mirada al proceso tecnológico. Los efectos del ciberespacio son prometedores, pero de momento el optimismo tecnológico no se cumple. Los nuevos luditas se cargan de razones y aportan datos de una profesión devastada.

La urgencia de los datos económicos y lo arrollador de la novedad tecnológica despistan. Nos olvidamos de los procesos que generan estos efectos (Boczkowki, pág. 14) y nos centramos demasiado en lo revolucionario de la tecnología online. Muy a menudo se pasan por alto las formas en que los usuarios –que somos todos- incorporan a su actividad diaria los cambios tecnológicos. Y el anunciado sunami acaba arrollándonos. A no ser que reaccionemos. Estamos a tiempo.

El periodista es narrador, no cómplice de lo que cuenta

Acabo de aterrizar en Madrid tras una larga estancia en el Reino Unido y, claro, lo primero es ‘aclarar el jabón’ de la inmersión inglesa con una rápida hojeada a los RSS atrasados en Netvibes, que son bastantes.

Entre todo lo que veo me llama la atención que El Periódico de Catalunya cambió la portada del lunes 29 de agosto pasado por presiones ejercidas por usuarios de Twiter.  Un aluvión de comentarios en la red social demostraron hasta qué punto es cierto que las redes sociales están cambiando la forma de hacer periodismo más allá de la pantalla del ordenador. Su efecto llega también al papel.

Enric Hernández, director del diario, lo cuenta en primera persona y explica cómo reaccionó el diario cambiando la portada.

Montaje-portada-elperiodico

Me gusta el razonamiento de Enric:

“Si un solo lector puede malinterpretar un titular, es que este es erróneo”

El cambio de la entradilla es mínimo, pero esencial. Donde ponía “un catálogo de los delitos más habituales en la capital”, ahora pone “un catálogo plagado de expresiones xenófobas”.

No es necesario dar explicaciones ni alterar la esencia de una noticia, que es tal cual es; pero sí conviene dejar claro que una publicación no comparte el espíritu de la información que da en un momento determinado. El Periódico reaccionó bien y a tiempo.

 

Todas las soluciones para el periodismo pasan por la ética, la integridad y la honestidad

Ya han colgado el vídeo y la reseña del séptimo Laboratorio de Periodismo de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), que se celebró el viernes pasado, 11 de junio. El planteamiento partió de una propuesta positiva: el rescate del periodismo. Una provocación, en un momento en el que el mercado rescata bancos. Pues eso, ¿qué periodismo queremos rescatar?

Resumen realizado por Sergio J. Valera

Vídeo del VII Laboratorio de la APM (4:51)

En mi intervención (Qué raro me veo y qué raro me escucho), planteé que cualquier análisis de la situación periodística gira en torno a dos lógicas, una externa –que no depende de nosotros, pero a la que debemos estar muy atentos y sobre la que podemos influir- y otra interna, que es la que consume una gran cantidad de energía y está dejando a la profesión sin autoestima. Si atendemos a cualquiera de las ramas que parten de estos dos troncos podemos crear grandes árboles de discusión.

Desde la lógica externa podemos perdernos en múltiples debates, todos interminables, algunos ya extenuantes y a veces hueros:

-Industrial, económica y tecnológica. Son elementos transversales de los que no podemos liberarnos y que nos arrastran inevitablemente hacia un prototipo de periodista parecido al dibujado por Almodóvar en Kika. La formación multiplataforma es en estos momentos un requisito tan esencial como hablar idiomas. Puede ser muy enriquecedor o puede significar una nueva forma de opresión laboral. Ya veremos.

-Social. El periodismo observado como un servicio a la sociedad y no vinculado a intereses de ningún otro tipo aparte del propiamente informativo.

-Política. Es una lógica intervencionista que va más allá de la manipulación burda en la que se piensa ante el simple enunciado de la palabra. Abarca cuestiones menos groseras y presentes en cualquier país democrático con temas como las subvenciones a los medios. En este momento el Congreso debate si los periódicos pueden o no llevar anuncios de prostitución. ¿No es un tema de ética empresarial? ¿No deberían ser en último término los lectores quienes decidan si compran o no un diario con este tipo de publicidad? ¿Por qué los partidos se cuestionan  si la prostitución debe estar en las páginas de los periódicos y no discuten sobre su la legalidad en calles y carreteras?

-Educativa. La Universidad se ha convertido, muy a nuestro pesar, en una gran fábrica de becarios con la que abastecer un mercado ya muy saturado de trabajadores malpagados y con contratos de chiste. Sin embargo, hay unas 70 facultades en toda España impartiendo enseñanzas relacionadas con el Periodismo. La lógica académica intenta mantener el tipo con un sentido equilibrado, que obliga a mantener un método. Siempre se acusa a la Universidad (también desde dentro, faltaría más) de lentitud ante los cambios tecnológicos. Sin olvidar que, sistemáticamente, los alumnos aseguran no salir preparados para ejercer su labor profesional. Esto ha generado una locura de máster y posgrados por doquier. Hay también un debate abierto sobre la “burbuja académica” y su inminente estallido. Sin embargo -como quedó claro en alguna de las intervenciones del otro día-, cuando se trata de instituciones privadas nadie puede evitar que sigan creándose nuevas facultades. Otro tema es cuando una ciudad grande, además de su AVE y su aeropuerto, reclama su facultad de Periodismo.

Ante todas las discusiones posibles (y el Laboratorio de la APM es una buena muestra) sólo cabe un objetivo:

Mantener un periodismo digno que informe al ciudadano de lo que pasa en el mundo en el que vive, pero que, a la vez, le sirva para mantenerse económicamente él. Esto es una profesión y hay que vender el producto.

Y aquí entra en juego la lógica interna de la profesión, la que nos compete a todos los que la ejercemos. No sé si la solución la encontraremos conjuntamente de una manera gremial y manteniendo el ejercicio de buena voluntad, que parece generalizado en estos momentos. Pero estoy seguro de que, más allá de una buena formación, la solución está en tres palabras clave:

Ética

Integridad

Honestidad

Sólo con ellas dignificaremos la profesión. Porque el rescate moral es más importante que el económico.

 

Otro periodismo es posible: la #spanishrevolution contagia su espíritu renovador a la profesión

La sociedad no está tan adormecida como pensábamos. Se indigna y reacciona. Algo importante está sucendiendo en Madrid. Los acontecimientos se desarrollan con una velocidad de vértigo, más si –como yo- vives al lado de la Puerta del Sol. Pero la crónica esta vez se escribe en Twitter , que le roba el tiempo al blog porque ahora manda la inmediatez. La reflexión, para quien no la haya hecho ya, se impone sobre la marcha y se refleja en asambleas.

Desde Alemania, Ramiro Villapadierna escribe en su su blog:

«¡Déjame ver qué escribes!», me espeta hoy una manifestante en Berlín. «Ojo, que vamos a ir por aquí…» en el tema, me apunta en otro momento un jefe al teléfono.

Ambas frases son de leso periodismo; cuando yo empezaba hubieran sido impensables, y confirman el deterioro de la prensa como servicio.

Es fácil que la joven molesta no haya abierto ya nunca un periódico y, oir que hubo un respeto a la información, sea como oir que antes había cassettes. Y es posible que el mandante no recuerde ya que la información llega de la calle y no por inducción del despacho ¿Quién le perdió antes el respeto?

Porque lo que está sucediendo en la madrileña Puerta del Sol (Rebautizada apócrifamente de las SOLuciones) crece y crece por la necesidad de la gente de mostrar su impotencia ante un momento histórico que no comprenden ni comparten. El centro de Madrid se ha convertido en un ágora en el que reflexionar sobre la sociedad. Y, como demuestra Ramiro, el periodismo no se queda aparte.

Estoy convencido de que el espíritu regenerador que ahora impulsan los jóvenes españoles no va a ser baldío. La inquietud general es demasiado grande para que todo permanezca sin cambios.

Propongo algunos enlaces para entrar en materia:

– PR Noticias: El espíritu del 15M se traslada a la profesión con ‘Periodismo real’ En medio del inesperado clima de reivindicación y protesta que estamos viviendo, un grupo de periodistas ha creado el grupo ‘Periodismo real ya’ para reclamar que la profesión se dignifique. De momento la página se encuentra en proceso de creación, pero ya ofrece un decálogo que, pese a su evidente ingenuidad, invita a recapacitar sobre el periodismo actual:

-No a los contratos basura

-No a los despidos masivos

-No a los becarios de 35 años

-Fuera políticos de los medios

-Guerra al algoritmo

-No al periodismo multimierda

-Copiar es delito

-Informar no es un pasatiempo y los informativos no son un circo

-No al fin de los corresponsales y los enviados especiales

-Servicio público y sentido de la responsabilidad

Blog de Periodismo Real

En Facebook: @PRya #Periodismoreal, página de encuentro para depositar ideas e inquitudes.

– Paula Gonzalo: El poder de las Multitudes Inteligentes en la #spanishrevolution #15M

-Delia Rodríguez: Los virales de la #spanishrevolutionUna estupenda revisión de lo sucedido durante los primeros días del movimiento reivindicativo.

Irene Lozano: El triunfo del morbo y la confusión. El periodismo se deteriora de la mano de gestores que creen que es un negocio como la venta de tornillos.

-Paula Gonzalo: El periodismo ciudadano está transformando la relación entre los medios y sus audiencias:

“Pienso, utilizando un término del famoso cocinero español Ferrán Adriá, que hay que “deconstruir” la profesión periodística, y empezar a ver qué funciones tienen que hacer los medios de comunicación social, y cómo se debe establecer un verdadero diálogo con las audiencias.” (Óscar Espiritusanto)

Olga Rodríguez: Otro periodismo es posible. Análisis descarnado de la situación.

Sol TV retransmite en directo la acampada de la Puerta del Sol

Puntos en los que se producen movilizaciones

Encuentros POR (Piensa, Opina, Reacciona) 

Resumen del primer acto, el 30 de mayo en el Reina Sofía. Vídeo: 11:14

Por el bien del periodismo y de la política: #sinpreguntasnocobertura, sigue sumando

Twitter hierve. La iniciativa #sinpreguntasnocobertura se ha convertido en trending topic en España. Pero me temo que, si no reaccionamos todos a una –y estamos en campaña electoral-, pasará como hace dos años: que se quede todo en un sonado pataleo ante el que políticos y jefes de redacción se hacen los suecos.

Hoy no he podido acudir a la cita con la APM que insistía en el tema. Y lo siento, porque me apetecía. Sigo el tema con preocupación mucho antes de que el miércoles 30 de marzo Antón Losada encendiera  la mecha de nuevo:

“Cuando un político comparece y no acepta preguntas, esa es la noticia. Lo que diga, es publicidad. Debería pagarla y deberíamos presentarla como tal. Así se garantiza efectivamente el derecho a la información del ciudadano. Haciéndolo saber que no recibe información, sino propaganda.”

Muchos periodistas sumaron. Algunos de ellos son de los que deciden, como el director de Informativos de la Cadena SER, Antonio H. Rodicio; su antecesor en el puesto, Rodolfo Irago; Juan Ramón Lucas, de Radio Nacional; Jesús Maraña, de Público; Enric Hernández, de El Periódico de Catalunya; o Alberto Pozas, de Interviú. Muchos usuarios más debatieron durante varias horas. El hashtag #sinpreguntasnocobertura se convirtió en el principal tema de conversación en Twitter de esa tarde.

Pero todo parece un deja vu. No quiero que sea un brindis al sol. Todavía me acuerdo de hace dos años cuando la noticia era:

Los periodistas se rebelan en Facebook contra las ruedas de prensa sin preguntas

Hace un mes, los medios españoles decidieron plantar al entrenador Mourinho en una rueda de prensa y abandonaron la sala de prensa. Solo quedaron allí periodistas extranjeros. Ángels Barceló estalló en una entrada que no tiene desperdicio ¿Por el fútbol sí pero por la política no?:

Plantémonos ya

El siete de agosto de 2009 -hace ya dos años- el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando González Urbaneja, escribió una carta a los directores de los medios de comunicación denunciando esta situación. A su juicio, el citado fenómeno es una muestra del «desdén» que algunos dirigentes políticos sienten por el trabajo de los periodistas. Tras señalar que «dejar que la situación siga y empeore sería un flaco favor a la democracia» y a la profesión periodística, Urbaneja afirma que las declaraciones sin explicaciones adicionales «no merecen ser reflejadas en los medios sin una verificación, contraste y edición meticulosos».

Y apuntó bien su misiva. Son los directores quienes deciden. A ellos hay que pedirles «que no hagan cobertura informativa de ningún acto o declaración política que no esté seguida de un turno de preguntas», porque «un mensaje que no puede ser cuestionado y comprobado no merece figurar en la categoría de información».

Grupo en Facebook

Cuatro puntos para un Manifiesto

1.- Que la prensa libre es imprescindible para la democracia, y que las ruedas de prensa sin preguntas son una estafa al público y un modo de censura.

2.-Que los líderes políticos tienen la obligación de someterse a las preguntas de los periodistas para que los ciudadanos puedan hacerse un juicio preciso de ellos. Que deben hacerlo en persona y en directo, para dar testimonio de su propia valía y no de la de sus asesores.

3.- Que las ruedas de prensa sin preguntas y las declaraciones grabadas convierten la información en propaganda y no sirven al bien general. Que el periodista tiene el deber de denunciar las incoherencias o falsedades en los mensajes públicos, y debe tener también la capacidad de confrontar a sus autores con estos datos y exigir explicaciones.

4- Que los gabinetes de comunicación no pueden convertirse en cortafuegos que aíslen a los líderes políticos de la realidad, sino que deberían ser instrumentos para que el público tuviera la oportunidad de conocer sus opiniones.

Juan Varela añadió –seguimos hablando de 2009- algunos puntos más en una entrada contra el periodismo de figurantes que se está haciendo cada día.

“Otra vez la letanía de lamentos. Otra vez la pasividad y la hipocresía de quejarse como viejas asustadas y no tener el coraje suficiente para plantar cara a una clase política irresponsable y abonada a una democracia escénica sin compromiso.”

Nada menos que 1.500 firmantes rubricaron que «las ruedas de prensa sin preguntas y las declaraciones grabadas convierten la información en propaganda y no sirven al bien general». Además, critican la actuación de algunos gabinetes de comunicación, que «no pueden convertirse en cortafuegos que aíslen a los líderes políticos de la realidad». Pero aquí estamos de nuevo.

Hoy, aparte del trending topic en Twitter, hemos conseguido dos manifiestos y un parte de firmas:

–          Manifiesto contra las ruedas de prensa sin preguntas

–          Manifiesto TVE sobre la informacion politica durante las campañas electorales

FIRMA AQUÍ TU ADHESIÓN PERSONAL AL MANIFIESTO CONTRA LAS RUEDAS DE PRENSA SIN PREGUNTAS (AUNQUE NO SEAS PERIODISTA)

En Twitter, #sinpreguntasnocobertura (sigue sumando RT para que se note)

La mecha está encendida. Esta vez debe alcanzar la dinamita (la cabeza de los partidos políticos, se entiende. O en su defecto la de los medios, porque quienes deciden son periodistas tambien). Como dice un cómico la iniciativa recuerda aquello de “sin tetas no hay paraíso”. No es para tomarlo a broma.

Aunque, también hay que decirlo, a algunos no les parezce un problema mayor:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ecos de actualidad sobre ciberperiodismo desde Austin

En el 12º Simposio Internacional de Periodismo Digital (ISOJ), celebrado los primeros días de este mes de en la Universidad de Texas en Austin, se ha debatido en profundidad sobre los usos de la tecnología –ya no tan nueva- en el periodismo –que sí empieza a ser nuevo-. Inmediatamente después, el 3 de abril, 45 periodistas de América Latina y la Península Ibérica se reunieron en el Cuarto Coloquio Iberoamericano de Periodismo Digital para reflexionar en español sobre la situación del periodismo online.

Para centrarnos, hay que apuntar lo que nos dice el blog del organizador de ambos encuentros:

“El ISOJ ha sido organizado desde 1999 por el profesor Rosental C. Alves, Cátedra Knight en Periodismo Internacional, Cátedra UNESCO en Comunicación, y director del Centro Knight para el Periodismo en las Américas en UT Austin. El simposio cuenta con el generoso apoyo de la John S. and James L. Knight Foundation, el periódico Dallas Morning News y la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Texas (…)

El ISOJ ha evolucionado con los años. Primero se internacionalizó. Luego añadimos un componente de investigación, así que la nueva revista #ISOJ es una continuación natural de esa evolución (…) La nueva revista  #ISOJ es una continuación natural de esa evolución. La investigación este año fue de gran calidad y refleja las perspectivas globales sobre el periodismo en línea.”

 

Descarga de la primera edición de #ISOJ Journal (en inglés y varios formatos)

Descarga de Research Papers (ing.)  

 

Algunas ideas recogidas en el Simposio:

  • Seamos optimistas. Vivian Schiller, ex directora de la radio pública estadounidense NPR, puesto al que renunció el mes pasado (ingl), tiene siete razones para serlo y quiere compartirlas con todos nosotros, que miramos hacia Estados Unidos para que la vanguardia de la batalla de los medios nos ilumine los pasos.

 

  • Sin temor a la experimentación. Especialmente interesante el panel titulado “Modelos de pago: ¿Cobrar por las noticias funciona?” (se produjo pocos días después de que The New York Times empezara a cobrar por sus contenidos en Internet). Pero, como es habitual, hubo más preguntas que respuestas sobre los modelos de pago y el debate se quedo en la exposición de ventajas y desafíos de los sistemas de cobro por los contenidos en línea. Paul Brannan, editor de Plataformas Emergentes de BBC, dijo en la inevitable mesa dedicada al iPad, que los medios deben funcionar como “máquinas de noticias dinámicas” que “sacan ventaja de aparatos que están siempre encendidos y son siempre personalizados”. Su ejemplo favorito es Zite, desarrollada especialmente para este dispositivo (que a mí me maravilla desde cualquier perspectiva que lo mire, pero que sigue pareciéndome un aparato autista muy bien comercializado y que necesita más interacción con el entorno digital). John Kilpatrick, de The Daily, otra publicación exclusiva para el iPad, enfatizó la importancia que tiene construir contenidos de manera específica para una interfaz dinámica que reúne en un solo aparato los beneficios todos los medios conocidos hasta ahora, incluida la web. Y todo ello con un gran atractivo visual y mucha interactividad.

 

  • Abiertos a la interactividad y la reflexión. La CNN ha marcado la línea de actuación de los informativos audiovisuales durante años. Ahora marca pautas en su adaptación al nuevo medio, en el que sabe que dejará de ser especie dominante. Por eso, atención a la ponencia de Meredith Artley, vicepresidenta de CNN.com, que explicó en su ponencia que su empresa desea también “experimentar” e involucrar a los usuarios en el quehacer informativo. Habló de la expansión de sitio iReports hacia el proyecto Open Story y señaló que, de todas formas, la CNN no se olvida de fortalecer su trabajo principal, la cobertura de la actualidad. Artley señaló que la cobertura del maremoto en Japón produjo un promedio de 75 millones de visitas diarias su web en los primeros 10 días. Pero la apertura hacia nuevas experiencias se muestra con proyectos como CNN Freedom Project, dedicado a poner fin a la esclavitud del mundo moderno, el exitoso blog Eatocracy o el anuncio de que los usuarios pronto podrán  dejar comentarios audiovisuales y colgar sus vídeos sobre las historias de CNN.com.

 

  • Nuevas plataformas de periodismo hiperlocal. Atención a la experiencia de Patch Media, la organización que más periodistas ha contratado a lo largo del año pasado. Warren Webster, director de esta web de noticias locales en Estados Unidos afirmó que el sitio quiere ser la plataforma principal de noticias y contenido cercano, de la misma manera en que Facebook se ha convertido en la infraestructura digital de referencia para las redes sociales. Para cumplir con este objetivo, la empresa ha creado editoras locales de pequeña escala en 800 pueblos repartidos por los distintos estados de la Unión. En cada sede un editor se encarga de organizar y coordinar a periodistas independientes encargados de cubrir todo tipo de eventos, pero también de proporcionar recursos digitales a los negocios y las instituciones locales. Patch Media es un ejemplo del que pronto veremos réplicas.

 

  • Periodismo sin ánimo de lucro. Si los medios tradicionales no hacen investigaciones periodísticas, empieza a verse una vía a través de lo que ha dado en llamarse “periodismo sin ánimo de lucro” o “periodismo de ONG”. En el encuentro de Austin se mostraron algunos ejemplos como Bay Citizen, en California, o y IDL-Reporteros, en Perú. El primero, creado en 2010 con un enfoque de contenidos para los habitantes de la zona de influencia de San Francisco, cuenta ya con 30 empleados, un sitio web y una versión para iPad. Dos veces a la semana su contenido aparece en el New York Times (ing), lo que sirve de fuente de ingresos en su modelo sin fines de lucro, que se apoya principalmente en donaciones de fundaciones y aportaciones individuales. IDL-Reporteros, el periodista Gustavo Gorriti, es una novedosa experiencia en Latinoamérica que ya ha publicado 2.000 artículos de investigación y denuncia sobre temas como la corrupción y el narcotráfico. También se financia con donaciones, lo que les obliga a invertir una gran parte de sus esfuerzos en buscar apoyo económico. Hasta ahora, lo han obtenido en organizaciones internacionales comprometidas con la democracia y a transparencia.

 

  • Experimentos creativos para atraer y fidelizar usuarios. Egil Hansen, editor jefe de VG Multimedia Norway, apuntó que los correos electrónicos de lectores señalando errores tipográficos y de lenguaje advirtió a la compañía para invitarles a monitorear los contenidos. Se seleccionaron entonces 400 voluntarios -de entre más de 5.000- para corregir los errores. El editor considera que la experiencia ha sido un éxito, con 17.000 errores tipográficos corregidos en tan solo un año. Jennifer Preston, ex editora de redes sociales de The New York Times, explicó los pasos del diario para involucrar a sus lectores, que incluye las notas en Facebook del columnista Nicholas Kristof, sobre su cobertura en Medio Oriente, o “la creación de eventos”, una invitación a sus lectores a que envíen sus propias fotos.

[Esta misma semana, 233grados.com informa de que, tras su rediseño a principios de marzo, el Washington Post ha seguido esta tendencia y ha incluido un formulario que permite que los lectores les hagan notar errores de cualquier tipo en sus noticias. Otros medios, como el local Register Citizen, también cuentan experiencias en este sentido. En España, la edición digital de 20 Minutos incorporó hace algunos meses una pestaña a su formulario de comentarios para que los lectores pudieran proponer correcciones]

 

Crónica del Cuarto Coloquio Iberoamericano de Periodismo Digital realizada por Periodistas en Español  

 

Cuando el periodista se convierte en su propio ‘social media editor’

Jean François Fogel, una de las figuras que más esperaba del XII Congreso de Periodismo Digital en Huesca, reivindica que cada profesional se convierta en un social media editor  “porque cada periodista tiene que ser periodista y también atender sus cuentas en Facebook o Twitter”.

En mayo de 2009, todas las miradas se posaron en la figura del community manager porque The New York Times había dado un paso adelante con el nombramiento de Jennifer Preston como social media editor del diario (ing.).

Era, como tantas otras cosas, el primer medio que lo hacía y también el primero que, año y medio después, casi sin que a las demás cabeceras les diera tiempo a reaccionar, el primero que ha puesto esta la figura –que no el trabajo que desarrolla- en duda (ingl.) porque, como se supone que la redacción está perfectamente integrada, es una labor de la que deben ocuparse todos y ha de estar incorporado al quehacer de todo el proceso editorial. El 14 de enero de este año Preston daba por concluido su periodo como gestora de los contenidos sociales del NYT (ingl.).

El community manager o social media editor es el profesional que tiene que ocuparse de trasladar a las distintas plataformas los contenidos de un medio. Es responsable de la movilización de los usuarios/lectores/audiencia y mantener la interacción con ellos tantas veces como sea necesario.

 En 233grados.com hacían no hace mucho un buen repaso de cómo está la situación en los medios.

Es curioso como en este campo Twitter está ganando puestos en las atenciones de los periodistas –y también del público- hacia las redes sociales. Eso ocurre hoy. Mañana El País Semanal dedica su atención a esta forma de microblogging. El año que viene puede que el foco de atención esté en otra esquina del ciberespacio.

En realidad Twitter es un híbrido entre el blog y la red social, con la ventaja de que es abierta y cualquiera puede ver los mensajes sin pertenecer a la comunidad. Sin embargo, los mirones no pueden participar de una conversación que se expande. Tanto es así, que las dos herramientas de medición de audiencia de Internet basadas en paneles, MediaMetrix (comScore) y NetView (Nielsen Online), han coincidido en señalar los sorprendentes crecimientos del número de usuarios en España de esta plataforma. De noviembre de 2009  a noviembre de 2010, Twitter habría conseguido entre 1,1 y 1,3 millones de nuevos usuarios en nuestro país. Esta medición tiene solo en cuenta a usuarios que acceden a la web vía navegador y no aquellos que acceden a Twitter a través de aplicaciones, movilidad, clientes u otras formas.

La atención que El País muestra a esta plataforma digital no es gratuita. De entre los medios, sólo este diario ha superado la barrera de los 400.000 seguidores en la red social Twitter –ha sido el primero- con una cuenta pionera que abrió en el año 2007 (Twitter nació en marzo de 2006 y la versión española es de noviembre de 2009). Más atrás en la cuenta de seguidores, algo de lo que empiezan a enorgullecerse públicamente las cabeceras, quedan el diario El Mundo, que es el segundo con más de 232.000 seguidores, seguido por un medio nétamente digital, Lainformacion.com, que tiene cerca de 150.000 y Público sigue la evolución ascendente que ha marcado en el papel y va camino de los 105.000.

José Luis Orihuela, que sabe mucho de esto, lo tiene claro: tenemos community managers para rato  

Otras entradas sobre community manager en Clases de Periodismo

Twitter, advertencias para novatos (y recordatorio para los que no lo son)

 

Una semana para repensar el periodismo y lo que hacemos los periodistas

Muchas citas esta semana pasada, para detenerse y hablar una vez más de lo que ocurre con la profesión y lo que nos pasa a los profesionales. Voces importantes y muchos lugares comunes para encontrar algún destello de pensamiento brillante con que iluminar el camino. Como de costumbre, me sorprendió lo que no esperaba: un discurso de Juan Luis Cebrián. Pero vayamos por partes.

En Madrid, el miércoles 24

Nada menos que los directores de The New York Times, The Guardian, Le Monde, Der Spiegel y El País se reunieron en el Auditorio del Museo Reina Sofía de Madrid. Había que escenificar que son el núcleo de la primera división de la prensa mundial. Lo de debatir sobre la experiencia que supuso formar parte de una coalición informativa inédita para publicar los papeles de Wikileaks, una excusa. Por esta razón, algo tan prometedor se quedó en apenas nada. Fue interesante no cabe duda, pero respondió a las espectativas del título: “El futuro del periodismo”.

Como mucha gente se quedó fuera, me pareció interesante retransmitir en Twitter el acto. Este fue mi último twitt de un acto cargado de autobombo y poco espíritu de autocrítica:

El mejor resumen que he leído sobre el acto: “#pconfuturo: Wikileaks en el centro, el futuro en 2º plano”

Los vídeos de la sesión, del I al VII, están ya disponibles en el canal de Youtube del diario

Hashtag: :#pconfuturo

En Barcelona, el jueves 24

 El tercer encuentro del BCNMediaLab,  en el que se debatió el futuro de los medios impresos bajo el título “El papel del papel” tuvo lugar a las 19:30h.

Y el eco aún sigue reverberando 

Hashtag: #bcnmedialab

En Burgos, jueves 24 y viernes 25

Tuvo lugar la reunión de iRedes, I Congreso Iberoameriano sobre Redes Sociales. Conocidos nombres de la red y algunos de medios de comunicación generalista debatieron sobre la relación que los periodistas y las empresas editoriales deben tener y cómo pueden beneficiarse unas de otras. Tres titulares del encuentro:

“Si eres periodista tienes la obligación de estar en Facebook para entender de qué habla la sociedad” dijo Ignacio Escolar en su intervención, cuando participó en la sesión “Café y periodismo” -un encuentro mensual que excepcionalmente haviajado desde Madrid para coincidir con el congreso-. Escolar criticó la actitud de algunos profesionales de la información, que dan la espalda a las redes sociales porque consideran que estar en ellas es una carga adicional a su trabajo. Para él, es importante buscar los beneficios que hay en ellas.

Petición por parte de Sindo Lafuente de aplicar el sentido común cuando alguien le preguntó por el uso personal de las redes por parte de profesionales que trabajan en medios. En realidad, todo se reduce a eso: sentido común.

“Ahora es más valioso un joven con Twitter en una ciudad en guerra que un periodista en la frontera”. Son palabras del escritor y miembro de la Real Academia, Arturo Pérez Reverte, que también apuntó que “los reporteros antes éramos hijos de puta profesionales” y que “era otro tipo de periodismo” al que se hace en la actualidad. En este sentido, aseguró que “ahora la información no la hace el periodista, que es un busto con un micro”.

Hashtag: #iRedes

En Madrid, el viernes 25

Cuarta sesión del Laboratorio de Periodismo de la APM, que gracias a Urbaneja se adaptó bien al horario previsto, de 19,00 a 21,00 horas. Se presentaba allí el ya conocido documento (no creo que se trate propiamente de un estudio, sino de una puesta en común de las opiniones de varios autores relevantes) “Perspectivas de la comunicación 2011”, elaborado por la consultora Wellcomm.

Partía la cita de una pregunta que llevaba mucha carga de profundidad: ¿Serán los medios capaces de planificar el futuro del negocio sobre bits y no sobre papel? Yo me niego a planificar ningún negocio. No estoy capacitado para ello y mi formación, para bien o para mal, es la de periodista. Supongo que de la empresa deberían ocuparse los empresarios. Otra cosa es qué ocurre cuando los empresarios son periodistas. Como en cualquier debate, habría que diferenciar entre economía, empresa, macroeconomía global y periodismo económico. En una charla con tantos interlocutores se pierden, en ocasiones, los conceptos.

Aparte, sobre la mesa, una catarata de preguntas imposible de contestar el tiempo establecido. Sin embargo, todas sugerentes y que me hicieron salir del Laboratorio con la mente en plena ebullición. Muchas de esas interrogaciones tejen el entramado de mis conversaciones, tanto en el mundo real como en el virtual ¿Es el futuro del periodista la hiperespecialización y la construcción de su marca personal? ¿Son los teléfonos móviles y las tabletas las prótesis que amplificarán nuestra capacidad para trabajar, aprender, entretenernos y comunicarnos? ¿Es el exceso de información una forma de manipulación? ¿Se habla de SEO en las redacciones? ¿Y en las facultades de Periodismo? ¿Son las redes sociales, redes “sociables”? Prefiero desarrollar cada una por separado. Y lo haré en un futuro.

Perspectivas de la comunicación 2011 en PDF

Descargar Perspectivas de la comunicación 2011 de la web

El lunes se cuelgan vídeos y resumen del encuentro en la web de la APM. La próxima sesión será el 15 de abril

Hashtag:#LaboratorioAPM

Jueves (aunque se me pasó y me enteré el viernes)

Otro de los eventos de la semana relacionados con el periodismo fue la inauguración de un nuevo máster de Prisa-UAM, que este año está de aniversario. Especialmente discurso de Juan Luis Cebrián para abrir el curso en la Escuela de Periodismo de El País merece una buena digestión y algún comentario. Pero, sobre todo, vaya por delante que es lo más reseñable de todos estos días. Más que lo dicho por todos los directores en el Reina Sofía y, por supuesto, de más alcance que todo lo expuesto -al menos desde mi humilde punto de vista- en las mesas y encuentros que he comentado. Recomiendo su lectura detenida (y se admiten comentarios al respecto, sobre todo teniendo en cuenta la figura del orador y las circunstancias a que ha llevado -y él es periodista, no empresario- a su grupo, algo que puede servir para continuar el debate abierto en el Laboratorio de la APM. ¿Entender el negocio nosotros?).

Resalto algunos puntos y advierto que no todo no son palabras del Papa, yo, sobre todo el punto 5, lo de las tabletas, lo matizaría. Al tiempo, me gustaría reflexionar un poco, por su alcance, sobre la paranoia con las compañías de servicio que nos arrebatan a los periodistas lo que hasta ahora teníamos en propiedad. No obstante, no le quito razón a JLC en lo que dice:

1. Resulta comprensible la confusión reinante en las respuestas, pues no existe contestación adecuada a interrogantes mal planteadas.

2. Este es para mí el verdadero debate que se abre sobre el futuro de los periódicos a partir de su irrupción en la red. La cuestión de si han de seguir publicándose en papel o en soporte electrónico me parece absolutamente marginal respecto al contenido verdadero de la discusión, que consiste en saber cómo la eliminación de los elementos tiempo y espacio en el universo digital va a influir en la construcción de la convivencia y en el método de conocimiento y comunicación entre los ciudadanos.

3. Las transformaciones a las que estamos asistiendo son por el momento, mucho mayores y profundas de lo que queremos reconocernos. Políticos y periodistas, y toda otra clase de intermediarios que en el mundo han sido, continuamos aferrados a nuestras viejas normas y tradiciones, como si el cambio al que estamos asistiendo no consistiera en el orto de una nueva civilización.

4. La cuestión reside no tanto en saber cómo se transformarán dichos medios tradicionales, sino si subsistirán y en qué ámbito, si serán reemplazados por otros, o si la nueva realidad virtual se basta tanto a sí misma que puede prescindir de ellos.

5. Y aunque todavía hay mucha confusión y ruido en torno a estas cuestiones, el tiempo no pasa en vano. La aparición de nuevos terminales, notablemente la de las llamadas tabletas, ha arrojado nuevas luces también sobre el comportamiento de nuestros usuarios, lectores, oyentes o televidentes, que ha de condicionar el del periodismo profesional.

6. Pero la desaparición de muchas intermediaciones antes existentes está dando pábulo a la creación de una nueva: la de la compañía capaz de diseñar el aparato y de colocarlo masivamente en el mercado. Propietaria como es del software, puede acabar siéndolo también de la información que circula a través del sistema y de los datos de identidad de quienes la utilizan (..) 

7. Los periódicos se van a convertir, por eso, de manera progresiva y rápida en empresas de servicios, y los periodistas en agentes de esas empresas. Lo que el propietario de un terminal móvil, sea un teléfono celular, una tableta, o una computadora portátil quiere hacer, y de hecho hace, es pasearse por un ecosistema complejo y gigantesco (información, cultura, entretenimiento) que le permite no solo acceder al conocimiento universal sino participar de su elaboración. Para eso nadie le ha de pedir, como no se hace ya en el llamado periodismo ciudadano, ninguna credencial, preparación o experticia de ningún género. La tarea del periodismo profesional no puede ser otra que la de servirle de guía y acompañante durante ese paseo, en una palabra la de ejercer el liderazgo de una colectividad, agrupada quizá, pero no de manera exclusiva, en una de las muchas redes sociales que el periódico tiene la responsabilidad de contribuir a crear.

8. Wikileaks, se dice, ha acudido a los periódicos porque necesitaba de ellos. Pero eso no obsta para que ayer mismo el abogado de Julian Assange declarara que el fundador del sitio de Internet y antiguo hacker es también un tipo especial de periodista. Tan especial como que él no se dedica ni a buscar y encontrar información, ni a analizarla. Solo a facilitar que los demás lo hagan. Esta confusión interesada entre la fuente de la noticia y el redactor o transmisor de la misma es un ejemplo más de la versatilidad actual de las fronteras entre el periodismo ciudadano y el periodismo a secas.

9. Los periodistas de hoy tienen qué saber que se dirigen no solo a un tipo de lectores muy variado y disperso, incapaz de ser identificado solo como lector de ese periódico concreto, sino cuyo comportamiento es también volátil y diferente según los terminales que utilice en cada momento. El primero por el que la gentes se entera ahora de lo que sucede, y lo comenta de inmediato, es lo que llamamos teléfonos móviles o celulares y que se tratan en realidad de ordenadores o computadoras portátiles multiuso. Sin embargo nuestros diarios, la mayoría de ellos, no ponen lo mejor de sus esfuerzos en atenderlos y recibirlos en esa primera puerta de entrada al ecosistema. Quizá sí existe esa intención por parte de directores, redactores y gestores de medios, la idea y el proyecto de hacerlo así. Pero muy pocos se han dotado de los instrumentos y herramientas necesarias para llevarlo a cabo, de la norma y el libro de estilo imperante en la red que es, nuevamente el software.
10. Las decisiones y jerarquizaciones sobre las noticias en Google News no las toma un equipo de periodistas, como tampoco es un grupo de expertos el que clasifica y ordena los resultados de las búsquedas semánticas. Son máquinas y algoritmos funcionando veinticuatro horas sobre veinticuatro, las que han comenzado a gobernar el lábil universo de la información.

11. Pero, paradójicamente, la amenaza de pérdida de esa identidad en el océano proceloso de la red permite a los más avispados, a los ayatolás sin escrúpulos, cualquiera que sea la religión que practiquen, alzarse con el santo y la limosna. Los medios de comunicación han sido siempre fabulosos creadores de mitos, y el Wikiperiodismo es capaz de fabricarlos por toneladas, de manera inmediata y a escala planetaria. La labor del periodismo responsable, ni wiki ni friki, del periodismo a secas, es contribuir a desmontarlos.

12. No creo que haya nadie que pueda anunciar sin asomo de dudas de que los periódicos, tal y como los hemos conocido durante doscientos años, sobrevivirán en el plazo de un par de décadas. En un momento en el que imperios del entretenimiento como Blockbusters o redes de distribución de libros como Borders han ido a la bancarrota es difícil predecir cómo será el mundo de la cultura, la información y el entretenimiento en el mercado global. Pero pervivan o no los periódicos, lo harán los periodistas, se llamen como se llamen, y seguirán siendo necesarios. La ciudadanía seguirá necesitando, quizá más que nunca, gente con las tripas, el corazón y la voluntad de servir a sus vecinos mediante ele ejercicio de contarles la verdad y desvelarles los secretos que el poder pretende ocultar. Esas gentes han de tener la inteligencia y la capacidad de análisis, el sentido común y el bagaje de formación necesarios para ejercer esa tarea de forma racional, para apoderarse del software y ponerlo a disposición de la comunidad.

Qué es Wikileaks, de un vistazo

Estoy intentando organizar toda la información que tengo sobre Wikileaks, un trabajo que está resultando mucho más provechoso de lo que en un principio pensé.

La sistematización de los cables, muestra su aparición pública después de un periodo de embargo, aprovechado por un grupo de redactores de El País para enfangarse en el data minning puro y duro. También para realizar, de paso, la revisión y contraste precisa por tantos y tantos datos.

De momento me centro en lo local. Es la mayor filtración que ha visto la profesión, y marca un punto interesante en el framing periodístico del tema.

Es cierto que, «en ocasiones, el modo de actuar del periodista está limitado (encuadrado) por las rutinas periodísticas. La información quedará “enfocada” no sólo por su ideología, modo de pensar o los temas que seleccione, sino también por los medios de que disponga su medio, el formato en el que se ubique el contenido y el modus operandi de los sujetos que intervienen, así como por los elementos obviados o implícitos en la información que, en forma de contexto, el receptor descodifica, de uno u otro modo cuando recibe la información» (Giménez Armentia, 2006: 54).