Una semana para repensar el periodismo y lo que hacemos los periodistas

Muchas citas esta semana pasada, para detenerse y hablar una vez más de lo que ocurre con la profesión y lo que nos pasa a los profesionales. Voces importantes y muchos lugares comunes para encontrar algún destello de pensamiento brillante con que iluminar el camino. Como de costumbre, me sorprendió lo que no esperaba: un discurso de Juan Luis Cebrián. Pero vayamos por partes.

En Madrid, el miércoles 24

Nada menos que los directores de The New York Times, The Guardian, Le Monde, Der Spiegel y El País se reunieron en el Auditorio del Museo Reina Sofía de Madrid. Había que escenificar que son el núcleo de la primera división de la prensa mundial. Lo de debatir sobre la experiencia que supuso formar parte de una coalición informativa inédita para publicar los papeles de Wikileaks, una excusa. Por esta razón, algo tan prometedor se quedó en apenas nada. Fue interesante no cabe duda, pero respondió a las espectativas del título: “El futuro del periodismo”.

Como mucha gente se quedó fuera, me pareció interesante retransmitir en Twitter el acto. Este fue mi último twitt de un acto cargado de autobombo y poco espíritu de autocrítica:

El mejor resumen que he leído sobre el acto: “#pconfuturo: Wikileaks en el centro, el futuro en 2º plano”

Los vídeos de la sesión, del I al VII, están ya disponibles en el canal de Youtube del diario

Hashtag: :#pconfuturo

En Barcelona, el jueves 24

 El tercer encuentro del BCNMediaLab,  en el que se debatió el futuro de los medios impresos bajo el título “El papel del papel” tuvo lugar a las 19:30h.

Y el eco aún sigue reverberando 

Hashtag: #bcnmedialab

En Burgos, jueves 24 y viernes 25

Tuvo lugar la reunión de iRedes, I Congreso Iberoameriano sobre Redes Sociales. Conocidos nombres de la red y algunos de medios de comunicación generalista debatieron sobre la relación que los periodistas y las empresas editoriales deben tener y cómo pueden beneficiarse unas de otras. Tres titulares del encuentro:

“Si eres periodista tienes la obligación de estar en Facebook para entender de qué habla la sociedad” dijo Ignacio Escolar en su intervención, cuando participó en la sesión “Café y periodismo” -un encuentro mensual que excepcionalmente haviajado desde Madrid para coincidir con el congreso-. Escolar criticó la actitud de algunos profesionales de la información, que dan la espalda a las redes sociales porque consideran que estar en ellas es una carga adicional a su trabajo. Para él, es importante buscar los beneficios que hay en ellas.

Petición por parte de Sindo Lafuente de aplicar el sentido común cuando alguien le preguntó por el uso personal de las redes por parte de profesionales que trabajan en medios. En realidad, todo se reduce a eso: sentido común.

“Ahora es más valioso un joven con Twitter en una ciudad en guerra que un periodista en la frontera”. Son palabras del escritor y miembro de la Real Academia, Arturo Pérez Reverte, que también apuntó que “los reporteros antes éramos hijos de puta profesionales” y que “era otro tipo de periodismo” al que se hace en la actualidad. En este sentido, aseguró que “ahora la información no la hace el periodista, que es un busto con un micro”.

Hashtag: #iRedes

En Madrid, el viernes 25

Cuarta sesión del Laboratorio de Periodismo de la APM, que gracias a Urbaneja se adaptó bien al horario previsto, de 19,00 a 21,00 horas. Se presentaba allí el ya conocido documento (no creo que se trate propiamente de un estudio, sino de una puesta en común de las opiniones de varios autores relevantes) “Perspectivas de la comunicación 2011”, elaborado por la consultora Wellcomm.

Partía la cita de una pregunta que llevaba mucha carga de profundidad: ¿Serán los medios capaces de planificar el futuro del negocio sobre bits y no sobre papel? Yo me niego a planificar ningún negocio. No estoy capacitado para ello y mi formación, para bien o para mal, es la de periodista. Supongo que de la empresa deberían ocuparse los empresarios. Otra cosa es qué ocurre cuando los empresarios son periodistas. Como en cualquier debate, habría que diferenciar entre economía, empresa, macroeconomía global y periodismo económico. En una charla con tantos interlocutores se pierden, en ocasiones, los conceptos.

Aparte, sobre la mesa, una catarata de preguntas imposible de contestar el tiempo establecido. Sin embargo, todas sugerentes y que me hicieron salir del Laboratorio con la mente en plena ebullición. Muchas de esas interrogaciones tejen el entramado de mis conversaciones, tanto en el mundo real como en el virtual ¿Es el futuro del periodista la hiperespecialización y la construcción de su marca personal? ¿Son los teléfonos móviles y las tabletas las prótesis que amplificarán nuestra capacidad para trabajar, aprender, entretenernos y comunicarnos? ¿Es el exceso de información una forma de manipulación? ¿Se habla de SEO en las redacciones? ¿Y en las facultades de Periodismo? ¿Son las redes sociales, redes “sociables”? Prefiero desarrollar cada una por separado. Y lo haré en un futuro.

Perspectivas de la comunicación 2011 en PDF

Descargar Perspectivas de la comunicación 2011 de la web

El lunes se cuelgan vídeos y resumen del encuentro en la web de la APM. La próxima sesión será el 15 de abril

Hashtag:#LaboratorioAPM

Jueves (aunque se me pasó y me enteré el viernes)

Otro de los eventos de la semana relacionados con el periodismo fue la inauguración de un nuevo máster de Prisa-UAM, que este año está de aniversario. Especialmente discurso de Juan Luis Cebrián para abrir el curso en la Escuela de Periodismo de El País merece una buena digestión y algún comentario. Pero, sobre todo, vaya por delante que es lo más reseñable de todos estos días. Más que lo dicho por todos los directores en el Reina Sofía y, por supuesto, de más alcance que todo lo expuesto -al menos desde mi humilde punto de vista- en las mesas y encuentros que he comentado. Recomiendo su lectura detenida (y se admiten comentarios al respecto, sobre todo teniendo en cuenta la figura del orador y las circunstancias a que ha llevado -y él es periodista, no empresario- a su grupo, algo que puede servir para continuar el debate abierto en el Laboratorio de la APM. ¿Entender el negocio nosotros?).

Resalto algunos puntos y advierto que no todo no son palabras del Papa, yo, sobre todo el punto 5, lo de las tabletas, lo matizaría. Al tiempo, me gustaría reflexionar un poco, por su alcance, sobre la paranoia con las compañías de servicio que nos arrebatan a los periodistas lo que hasta ahora teníamos en propiedad. No obstante, no le quito razón a JLC en lo que dice:

1. Resulta comprensible la confusión reinante en las respuestas, pues no existe contestación adecuada a interrogantes mal planteadas.

2. Este es para mí el verdadero debate que se abre sobre el futuro de los periódicos a partir de su irrupción en la red. La cuestión de si han de seguir publicándose en papel o en soporte electrónico me parece absolutamente marginal respecto al contenido verdadero de la discusión, que consiste en saber cómo la eliminación de los elementos tiempo y espacio en el universo digital va a influir en la construcción de la convivencia y en el método de conocimiento y comunicación entre los ciudadanos.

3. Las transformaciones a las que estamos asistiendo son por el momento, mucho mayores y profundas de lo que queremos reconocernos. Políticos y periodistas, y toda otra clase de intermediarios que en el mundo han sido, continuamos aferrados a nuestras viejas normas y tradiciones, como si el cambio al que estamos asistiendo no consistiera en el orto de una nueva civilización.

4. La cuestión reside no tanto en saber cómo se transformarán dichos medios tradicionales, sino si subsistirán y en qué ámbito, si serán reemplazados por otros, o si la nueva realidad virtual se basta tanto a sí misma que puede prescindir de ellos.

5. Y aunque todavía hay mucha confusión y ruido en torno a estas cuestiones, el tiempo no pasa en vano. La aparición de nuevos terminales, notablemente la de las llamadas tabletas, ha arrojado nuevas luces también sobre el comportamiento de nuestros usuarios, lectores, oyentes o televidentes, que ha de condicionar el del periodismo profesional.

6. Pero la desaparición de muchas intermediaciones antes existentes está dando pábulo a la creación de una nueva: la de la compañía capaz de diseñar el aparato y de colocarlo masivamente en el mercado. Propietaria como es del software, puede acabar siéndolo también de la información que circula a través del sistema y de los datos de identidad de quienes la utilizan (..) 

7. Los periódicos se van a convertir, por eso, de manera progresiva y rápida en empresas de servicios, y los periodistas en agentes de esas empresas. Lo que el propietario de un terminal móvil, sea un teléfono celular, una tableta, o una computadora portátil quiere hacer, y de hecho hace, es pasearse por un ecosistema complejo y gigantesco (información, cultura, entretenimiento) que le permite no solo acceder al conocimiento universal sino participar de su elaboración. Para eso nadie le ha de pedir, como no se hace ya en el llamado periodismo ciudadano, ninguna credencial, preparación o experticia de ningún género. La tarea del periodismo profesional no puede ser otra que la de servirle de guía y acompañante durante ese paseo, en una palabra la de ejercer el liderazgo de una colectividad, agrupada quizá, pero no de manera exclusiva, en una de las muchas redes sociales que el periódico tiene la responsabilidad de contribuir a crear.

8. Wikileaks, se dice, ha acudido a los periódicos porque necesitaba de ellos. Pero eso no obsta para que ayer mismo el abogado de Julian Assange declarara que el fundador del sitio de Internet y antiguo hacker es también un tipo especial de periodista. Tan especial como que él no se dedica ni a buscar y encontrar información, ni a analizarla. Solo a facilitar que los demás lo hagan. Esta confusión interesada entre la fuente de la noticia y el redactor o transmisor de la misma es un ejemplo más de la versatilidad actual de las fronteras entre el periodismo ciudadano y el periodismo a secas.

9. Los periodistas de hoy tienen qué saber que se dirigen no solo a un tipo de lectores muy variado y disperso, incapaz de ser identificado solo como lector de ese periódico concreto, sino cuyo comportamiento es también volátil y diferente según los terminales que utilice en cada momento. El primero por el que la gentes se entera ahora de lo que sucede, y lo comenta de inmediato, es lo que llamamos teléfonos móviles o celulares y que se tratan en realidad de ordenadores o computadoras portátiles multiuso. Sin embargo nuestros diarios, la mayoría de ellos, no ponen lo mejor de sus esfuerzos en atenderlos y recibirlos en esa primera puerta de entrada al ecosistema. Quizá sí existe esa intención por parte de directores, redactores y gestores de medios, la idea y el proyecto de hacerlo así. Pero muy pocos se han dotado de los instrumentos y herramientas necesarias para llevarlo a cabo, de la norma y el libro de estilo imperante en la red que es, nuevamente el software.
10. Las decisiones y jerarquizaciones sobre las noticias en Google News no las toma un equipo de periodistas, como tampoco es un grupo de expertos el que clasifica y ordena los resultados de las búsquedas semánticas. Son máquinas y algoritmos funcionando veinticuatro horas sobre veinticuatro, las que han comenzado a gobernar el lábil universo de la información.

11. Pero, paradójicamente, la amenaza de pérdida de esa identidad en el océano proceloso de la red permite a los más avispados, a los ayatolás sin escrúpulos, cualquiera que sea la religión que practiquen, alzarse con el santo y la limosna. Los medios de comunicación han sido siempre fabulosos creadores de mitos, y el Wikiperiodismo es capaz de fabricarlos por toneladas, de manera inmediata y a escala planetaria. La labor del periodismo responsable, ni wiki ni friki, del periodismo a secas, es contribuir a desmontarlos.

12. No creo que haya nadie que pueda anunciar sin asomo de dudas de que los periódicos, tal y como los hemos conocido durante doscientos años, sobrevivirán en el plazo de un par de décadas. En un momento en el que imperios del entretenimiento como Blockbusters o redes de distribución de libros como Borders han ido a la bancarrota es difícil predecir cómo será el mundo de la cultura, la información y el entretenimiento en el mercado global. Pero pervivan o no los periódicos, lo harán los periodistas, se llamen como se llamen, y seguirán siendo necesarios. La ciudadanía seguirá necesitando, quizá más que nunca, gente con las tripas, el corazón y la voluntad de servir a sus vecinos mediante ele ejercicio de contarles la verdad y desvelarles los secretos que el poder pretende ocultar. Esas gentes han de tener la inteligencia y la capacidad de análisis, el sentido común y el bagaje de formación necesarios para ejercer esa tarea de forma racional, para apoderarse del software y ponerlo a disposición de la comunidad.

Una respuesta

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