¿El papel del periodista es establecer un sistema de valores?
El País, para abrir boca, publicó un capítulo del libro de Juan Luis Cebrián “El pianista en el burdel”. Lo tituló: “Gacetilleros, gansos y embaucadores” y le da un tratamiento que no tendría ni Larsson si reviviera. La promoción de las cosas del jefe es algo obligado. Y si no, que se lo digan a los de enfrente cuando se trata de cosas del jefe o de su señora.
El libro -y su autor- ha llegado a las páginas varias veces a lo largo de la seman. «La información es un bien mostrenco», dijo Cebrián en la presenta ción de su libro. «Todo el conocimiento del mundo está en la Red. El papel de los periodistas es ayudar a comprender. Establecer un sistema de valores cuando la jerarquía ha desaparecido». Estoy de acuerdo con lo primero. Para el rol moral no sé si estamos preparados, aunque sospecho que a muchos les apasiona. También se le escuchó decir, pero el diario no lo reseñó: “los periódicos tienen que cambiar y los dueños de los periódicos también”.
Ekoos y la función social de los medios
Hace dos años la Fundación Chandra puso en marcha Ekoos.org para acercar a periodistas y fuentes en temas sociales. Primero con una edición global y una edición de Cataluña y, este año, con Ekoos Navarra.
Estas dos primeras píldoras me recuerdan que que tengo pendiente una entrada sobre cómo perciben los ciudadanos la realidad social y cómo el periodismo contribuye – o puede hacerlo- a eliminar prejuicios y trasmitir valores solidarios. Después de lo que ha declarado Juan Luis Cebrián esta misma semana, quizá necesitemos delimitar las fronteras de nuestros papeles. No creo en el periodista como misionero de valores, sino como transmisor de ellos. Pero el tema de la función social del periodismo presenta el suficiente interés como para dedicarle una reflexión y futuras conversaciones.
Il Cavalieri se fotografía a sí mismo
Hablando de El País, las fotos de Berlusconi han sido uno de los grandes temas de la semana. Entiendo y comparto la postura de defensa de valores universales de la información, un poco a lo Garzón, que ha tomado el diario Un editorial de apoyo empezaba así: “Que no se equivoque Silvio Berlusconi: es la prensa democrática la que respeta su intimidad y él quien no deja de ponerla en entredicho”
Dos mujeres toman el sol en Villa Certosa, propiedad de Berlusconi
Dos huéspedes de la finca de Il Cavaliere
Una invitada pasea por la mansión de Berlusconi vigilada por un escolta
El primer ministro italiano pasea por su jardín acompañado
Silvio Berlusconi acompañado de varias mujeres en su mansión de Cerdeña
La consecuencia es que Berlusconi denunciará a EL PAÍS por publicar fotos de sus fiestas , algo que debería haber hecho con los medios itialianos en lugar de evitar su publicación con métodos de matón de feria.
La prostitución en la prensa
Un pensamiento sobre posturas éticas me ha llevado a algo que tengo en la nevera sobre El País. No es lo mismo y no hay que cruzar ningún cable, pero voy a soltarlo ahora. Que cada uno saque conclusiones. Se trata de unos enlaces al blog de Arsenio Escolar que tratan sobre la prostitución en la prensa. En el primero, del 19.05, se puede leer:
El País y elpais.com comenzaron el domingo una serie de denuncia sobre la explotación sexual en España, sobre la prostitución, sobre «la esclavitud invisible», como los propios diarios impreso y on line del Grupo Prisa la califican.
La serie es interesante y valiente: está muy documentada, los reporteros han contado con medios y con tiempo para hacerla, lo relatan muy bien. «Si rompo las reglas, mi ‘madame’ tiene derecho a matarme», se titulaba el texto principal de la primera entrega. La segunda entrega, ayer, Aisladas en el club de carretera. En la tercera parte, publicada hoy, sin embargo, creo que el titular se queda cojo: Dice Unos trafican, otros ponen el burdel. Yo creo que hubiera sido más correcto éste: «Unos trafican, otros ponen el burdel y nosotros hacemos el marketing», porque El País es el diario español que más se lucra con los anuncios de prostitución. La prostitución es su principal anunciante, le genera más de 5 millones de euros al año, según cálculos fiables.
En el mundillo periodístico hay cierta expectación sobre la última entrega de la serie, en breves días. Hay quien dice que en esa fecha se reeditará un editorial sobre la prostitución que El País publicó el pasado 30 de diciembre.
En el segundo, del 25.05, dice:
Despejada la duda que reconcomía al mundillo periodístico durante la semana pasada: no, El País no suprime por ahora los anuncios de prostitución.
La Defensora del Lector del diario de Prisa, Milagros Pérez Oliva, escribió ayer un largo artículo, de título significativo («Prostitución, una esclavitud no tan invisible») y subtítulo revelador («Un trabajo de investigación sobre el auge de las mafias que trafican con mujeres abre un intenso debate sobre la legitimidad de publicar anuncios de contactos»)
(…)No sé cómo entenderlo. ¿Le está pidiendo al Gobierno que, en el plan de ayudas a la prensa que el Ejecutivo está preparando, le dé a El País dinero público para reconvertirse, para dejar el oficio de proxeneta?
P.D. Eché en falta un dato importante en el artículo de Pérez Oliva, que ayudaría mucho a centrar ese debate que pide: ¿Cuánto dinero ingresa El País con estos anuncios?
Alternativas al plan de RTVE
Los trabajadores del área comercial de RTVE han elaborado un plan alternativo al nuevo modelo de financiación de la cadena pública que ha presentado el Gobierno y que establece la supresión de la publicidad. La contrapropuesta de los empleados propone un modelo mixto en el que, en lugar de que sean las cadenas privadas las que aporten parte de los fondos, éstos provengan del mantenimiento de un mínimo de publicidad cuyos ingresos no signifiquen más del diez por ciento del prespuesto de la casa (120 millones de euros).
Basta con buscar la esencia
A veces basta con rescatar la esencia del periodismo: un personaje, una historia y alguien que sabe contarla.
Errol Morris, cineasta que escribe el blog de fotografía Zoom para The New York Times, preguntó durante la última semana de mandato de George Bush a los editores jefe de Fotografía de tres grandes agencias de noticias, para que seleccionaran las imágenes que, a su juicio, mejor resumían la personalidad de Bush y de su administración. El resultado es «Mirror, Mirror on the Wall»: Los fotógrafos nos recuerdan que tenemos un pasado.
Filtraciones y secreto profesional
La Asociación de la Prensa de Sevilla ve «inadmisible» que la Policía haya citado a declarar a cinco periodistas sevillanos por las filtraciones de algunos aspectos del sumario en el caso Marta del Castillo. En un comunicado insertado en su página web explica que han sido citados por las filtraciones de algunos aspectos del sumario. La Policía «les está exigiendo que revelen sus fuentes de información, algo a lo que, obviamente, estos periodistas se han negado amparándose en su derecho al secreto profesional».
¿Pagar por leer el Wall Street Journal?
Juan Varela cuestiona la fórmula de pago del WSJ. La receta le “recuerda los numerosos diarios impresos que se distribuyen gratis o a precio reducido en hoteles, aviones y universidades”:
WSJ.com, Economist.com, FT.com, ¿son realmente medios de pago? Mientras los medios se devanan los sesos para encontrar cómo rentabilizar sus contenidos algunos de los más celebrados ejemplos de pago no lo son tanto. ¿Quieres leer el Wall Street Journal gratis? Hazlo a través de los buscadores. En Economist.com ya es difícil encontrar un artículo de pago y FT.com sólo te cobrará si lees muchos artículos.
The Wall Street Journal Online aumentó su tráfico un 160% en el último año. ¿Cómo es posible en un medio de pago? Bueno, quizá porque no es tan de pago como parece. A pesar del retumbar de los tambores de guerra de los medios con los buscadores, algunos son muy conscientes de que es muy importante dejar que los usuarios lleguen al contenido sin demasiadas trabas.
Sugerente Arcadi
Muchas -las más- de las entradas de Arcadi Espada me dejan indiferente; probablemente por su persistente intención de epatar. Sin embargo le sigo, porque algunos post me resultan sugerentes. Esta semana he encontrado un ejemplo:
En este largo y pormenorizado retrato de la señora Huffington [amablemente traducida al español para reducir esfuerzos], escrito por Isaac Chotiner en The New Republic, se aprieta, muy tenso, un numeroso puñado de verdades sobre el periodismo y sus parásitos.
Y esta consigna:
«Los periódicos han cambiado mucho en los dos últimos siglos, pero los de ahora son las únicas barreras que quedan frente a un universo mediático compuesto de opiniones.»
Buenos días
Se me ocurren muchas razones para contrarrestar y, a la vez, la entrada me arrastra por el tobogán espadiano. Es cierto que hay demasiadas opiniones alrededor de mis orejas y frente a mis ojos. Son muchas y tan débiles que distorsionan la percepción. Más que la sobreabundancia de datos. Pero me contengo. Me quedo con lo del ‘periodismo y sus parásitos’.
Por los derechos humanos
Una interesante apuesta periodística por los derechos humanos acaba de llegar a la Red de la mano de Piraván, la nueva página de Javier Bauluz -premio Pulitzer por una estremecedora fotografía realizada en un campo de refugiados de Zaire en 1995-. En esta aventura digital le acompaña un brillante equipo compuesto por Patricia Simón, Lydia Molina, Jessica Romero y Juan Luis Sánchez y otros colaboradores desde distintas partes del planeta. Piraván es un término que significa travieso en bable. Se presentó en público el pasado 28 de mayo.
Más sobre derechos, pero de autor
El Mundo escribe un nuevo capítulo en la polémica de los derechos de los editores y sugiere que los más piratas son las propias Administraciones Públicas.
El País plantea si estarán sujetas a derechos de autor las recetas que grandes chefs del mundo cuelgan en sus muros de Facebook
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