Esperanza y reflexión se cruzan en un solo día

Hoy Obama llena los medios de una palabra que suena bien: esperanza. Supongo que, como medio planeta, me dejo arrastrar por la necesidad. Quiero ser optimista. El año ha empezado mal, pero puede que algo cambie: a partir de hoy hay nuevo presidente en el Imperio y recibo el animoso y siempre sugerente boletín del proyecto-i en el que se anucia que la cosa avanza. No todo está perdido.

Pienso en posibles coincidencias mientras un sociólogo me dice desde la tele que [los hombres-la humanidad] necesitamos héroes. Y puede que sea cierto, porque yo, que no soy nada mitómano y que he desarrollado el espíritu crítico hasta los límites de la patología, empiezo a dejarme guiar por las lucecitas y el brillo de ciertos líderes. Vale. Me mosquea que la campaña panmediática de Obama sea tan eficaz hasta en mí mismo y que, al mismo tiempo, sus limitaciones sean tantas. Si fuese realista, si tuviera la mente fría, si fuera yo mismo en un entorno sin presiones psicoloógicas de ningún tipo, llevaría la contraria a todo el mundo y diría que los milagros no existen por mucho que queramos que se produzcan. Que Estados Unidos seguirá siendo lo que es, aunque ya no esté Busch.

Con Mario Tascón me ocurre lo mismo que con Obama. Me dejo llevar, aunque en ocasiones la razón pida explicaciones más concretas y me recuerde que Dixired es en realidad una empresa que está haciendo una campaña inteligente, que no ha demostrado nada todavía salvo generar expectativas. Sin embargo, el mecanismo de detención del pensamiento racional funciona en casos como éstos con la misma rotundidad de un enamoramiento. La fe anula la reflexión. Pero los chicos de 233grados han razonado tan bien y de forma tan brillante sobre lo que ocurre que me gustaría que todo les salga bien, que deseo fervientemente que creen un nuevo medio. Necestio que alguien abra los ojos a los profesionales y nos muestre el camino.

Hoy, encima, para rematar su boletín aconseja leer la trilogía Millennium, de Larsson, una verdadera lección de periodismo envuelta en una trama absorbente. Fantástico e impagable. Es de lo mejor que he leído el año pasado (en España sólo se han publicado las dos primeras novelas, y estoy ansioso por que aparezca la tercera). Nadie puede negar que los chicos de Tascón son buenos, muy buenos. Acaparan toda la esperanza de un escéptico como yo.

No puede ser de otra forma cuando leo cosas como éstas:

Cuando arrancamos este proyecto, una de nuestras obsesiones era la Redacción. Sabíamos que era la clave del éxito, pero no teníamos muchos ejemplos en los que inspirarnos. Todos veníamos de redacciones digitales que habían nacido en medios convencionales y teníamos miedo de cometer viejos errores. Hemos trabajado durante meses en llegar a un modelo que aunque no definitivo sí se parece bastante al que queremos. Comenzamos con una estructura bastante convencional, jerárquica y absoluta. Un organigrama cerrado, con un equipo en su gran mayoría propio. Pero un día nos preguntamos, si ya hay gente que hace cosas que nos gustan, por qué no intentar que también las haga con nosotros. Así están empezando a nacer acuerdos que, aunque aún no podemos concretar, enriquecerán sin duda el resultado.
David de Ugarte, en su libro El poder de las redes, parte de la ilustración creada por Paul Baran – uno de los impulsores de las redes de conmutación de paquetes– para analizar las diferencias entre un mundo en el que la información se distribuye en una red centralizada, descentralizada o distribuida. Este gráfico nos ha ayudado a visualizar el tipo de Redacción que queríamos conformar. La norma lleva a optar por una red centralizada, es decir, una organización con una estructura jerárquica muy poderosa de la que cuelgan todas las categorías. Nosotros, sin embargo, hemos apostado por un modelo híbrido entre una red centralizada y una distribuida. Tendremos una gran –cada vez más grande, esperamos- organización propia que producirá contenidos y gestionará la información que llegue de terceros, pero también queremos contar con equipos autónomos e independientes que sumen su trabajo al Proyecto i.

Redes

Por eso, en nuestro blog hemos hablado sobre los verdaderos periodistas digitales, hemos recogido los 12 pasos necesarios para serlo según Jeremy Lennard, subdirector internacional del diario británico The Guardian. Hemos descrito las diferencias entre nativos e inmigrantes, así como los requisitos para asumir los nuevos roles. Tradujimos varios post de Jarvis, desde su visión del nuevo escenario informativo a su respuesta a un colega de Slate sobre el periodismo. Investigamos sobre mojos y expertos en narrativas visuales. Entrevistamos y seguimos haciéndolo a los responsables de las redacciones digitales españolas. También a los emprendedores de la Red.

En definitiva, nos hemos preocupado de escuchar a los periodistas.

Encuentro una prueba más para cimentar mi fe y mi esperanza en estas conferencias de Marío Tascón en el ‘I Congresso Internacional de Ciberjornalismo’, en diciembre pasado (vía Infotendencias):

(Video 8:29) Tascón ofrece una interpretación personal de la mediamorfosis y la gestión transmediática:

(Video 8:45) Características de los medios digitales, que, según la visión de Lev Manovich, son modulares. Y también un recuerdo para uno de los panfletos de la economía liberal que más detesto, ése del pobrecito ratón al que le roban el queso. Tascón ilustra así la idea de que los buscadores (léase y oígase Google, pues los demás parece que casi no cuentan) se llevan nuestra ración de publicidad; qué pena y qué tontos somos ¿no?:

(Video 6:11)  Insistencia en el queso. Sólo el 30% del del NYT está en el papel, según Mario. El resto lo ha tenido que fichar en otros campos. Muy de acuerdo con esa alerta para la secuela que deja Politico.com:

(Video 8:53) Tascón explica la ‘fabricación’ de los medios digitales. Atentos a los múltiples cambios. Exclarecedor: